Zapatero pide al presidente que se quede para ser apoyo de Illa si gobierna
▶ El exjefe del Ejecutivo anima a los demócratas a salir en defensa de Sánchez ▶ El exdirigente arropa al candidato del PSC en un mitin en Lleida
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se ha puesto al frente de la llamada a somatén para que hoy la sede de Ferraz quede desbordada por el apoyo a Pedro Sánchez para que se quede en la Moncloa. El comité federal del PSOE se ha rediseñado para convertirlo en un acto de aclamación y respaldo al presidente con el acompañamiento de la calle, motivo por el que tanto Zapatero como el candidato del PSC, Salvador Illa, animaron a la «movilización» no solo de los socialistas, sino de los demócratas. El temor a una dimisión que abra en canal la legislatura española se palpa en Madrid, pero también en la campaña catalana por más que tengan todas las encuestas a favor.
«Estamos convencidos, decididos y comprometidos con que Sánchez siga de presidente del Gobierno e Illa sea presidente de la Generalitat. Cuanto más empujen y descalifiquen, más nos vamos a movilizar para defender a nuestro Gobierno y presidente», clamó Zapatero desde Lleida, que acusó directamente a PP y Vox de «utilizar la justicia» por no haber digerido que no pudo sumar para gobernar.
«Hipocresía intolerable»
Les echó en cara también la «hipocresía intolerable» de criticar que se haya convocado una manifestación ante la sede del PSOE, la «casa» de los socialistas, cuando desde las pasadas generales ellos han protestado allí en numerosas ocasiones.
El expresidente pidió directamente a Sánchez que «tiene que seguir». Más ahora que Illa, de quien se deshizo en elogios, ha sido y va a ser más aún un «apoyo fundamental» si se convierte en presidente de la Generalitat y puede configurarse un «eje de colaboración» Madrid-Barcelona. «Le vamos a decir que lo necesitamos», añadió el candidato del PSC, que a falta de Sánchez se arropa en Zapatero. Tras recomponerse del shock inicial y de mostrar apoyo incondicional a lo que decida el presidente, ayer le pidió directamente que no se marche. De hecho, no acude hoy al mitin agendado en Tarragona para asistir al comité federal, donde tiene previsto intervenir.
Y es que por más que los sondeos le regalen los oídos –la horquilla del CEO pronostica que puede llegar a los 47 diputados–, Illa es consciente del terremoto que se abrirá durante la campaña, pero también después del 12 de mayo, si Sánchez lo deja. Por ahora, ya ha trastocado su discurso, que pretendía centrar en la gestión y que ha quedado eclipsado por el suspense de la gobernabilidad estatal. Sus principales rivales políticos ya le han reprochado que se trate de «españolizar» el debate o bien convertir la cita en las urnas en un «plebiscito» sobre el líder del PSOE, además de dejar caer la «complicidad» socialista con el «lawfare» cuando no eran ellos los afectados.
«Cuanto más empujen, más nos vamos a movilizar para defender a nuestro Gobierno», clamó
Vetos que vienen y van
Sin embargo, más allá de la pugna dialéctica, hay movimientos tectónicos con la vista puesta en el día después de las elecciones. Justo en el primer día oficial de campaña y pese a que hasta ahora había incluido a todos los partidos en su geometría de pactos –a excepción de la extrema derecha de Vox y Aliança Catalana–, Illa se comprometió a no alcanzar la Generalitat de la mano del PP. «Descarto ser presidente de Catalunya con los votos del PP», dijo en el debate de candidatos organizado por la mañana por el Grupo Godó. Por primera vez, fue claro y meridiano a la hora de rechazar la repetición de la jugada que permitió que Jaume Collboni arrebatara la alcaldía a Xavier Trias en Barcelona.
Lo hizo inquirido por Pere Aragonès y dos semanas después de que Carles Puigdemont amenazara con retirar el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez si Illa echaba mano de la misma fórmula que aplicaron los socialistas para hacerse con la vara de la capital catalana de la mano de los Comuns y los populares.
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