ERC diluye el veto al PSC y fija las líneas rojas del referéndum y la financiación
▶ Aragonès ya no descarta a los socialistas como socios pero clarifica las condiciones para pactar ▶ El president reivindica su estrategia en el ‘procés’
El president Pere Aragonès empezó hace unas semanas la precampaña de las elecciones catalanas descartando un pacto poselectoral con el PSC y fiando todas sus opciones de llegar a acuerdos a Junts, la CUP y los Comuns. Pero la fragmentación política que auguran las encuestas le ha hecho modular en los últimos días este veto a los socialistas. Ayer, primer día de la campaña, Aragonès diluyó definitivamente ese rechazo inicial al PSC tan tajante, pero fijó las «líneas rojas» que tendrá su partido para llegar a pactos poselectorales tras las elecciones del 12 de mayo. Serán tres: «Avanzar en la negociación del conflicto político para establecer las bases de un referéndum, la financiación singular y un refuerzo del Estado del bienestar».
El veto inicial del candidato de ERC a los socialistas era, en el fondo, contraproducente para sus intereses. Primero, porque puede necesitar al PSC para volver a ser investido presidente. Segundo, porque los escaños de ERC pueden ser decisivos para la investidura de otro candidato, por ejemplo Salvador Illa, y podría hacerlos valer para conseguir contrapartidas importantes.
Cambio en el enfoque
Es por ello que los republicanos han ido modificando su discurso sobre los pactos hasta cambiar el enfoque de la cuestión: ya no hablan tanto de con quién pactar, sino de las condiciones para hacerlo. Eso sí, siempre tratando de fijar el marco mental de que será ERC quien opte a la presidencia, aunque las encuestas no lo tengan tan claro.
Poner como líneas rojas el referéndum, la financiación y el refuerzo del Estado del bienestar le permite a Aragonès combinar asuntos que tienen que ver con el ‘procés’ y, por lo tanto, apelar al votante independentista, pero también asuntos que no tienen nada que ver, lo que le permite tratar de captar votos menos motivados por la cuestión soberanista. «Son nuestras tres líneas rojas. Nosotros aspiramos a liderar y arrastrar a todo el mundo», concluyó.
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