El Periódico - Castellano

ERC se rebela contra las encuestas y apela al voto indeciso para remontar

▶ Junqueras señala que su partido ha ganado elecciones que los sondeos «juraban y perjuraban» que perdería ▶ Aragonès pide «concentrar» el voto de izquierdas y el independen­tista en su partido

- QUIM BERTOMEU

ERC ha tenido que enfrentars­e a la campaña electoral que menos hubiera deseado: con las encuestas a la contra y la sensación instalada de que será muy complicado que el president Pere Aragonès revalide el cargo. Sin embargo, en su mitin final de campaña de ayer, intentó rebelarse contra los malos augurios y exhibir músculo para convencer a los catalanes que siguen en la batalla contra el PSC y Junts para revalidar otro mandato al frente del Govern. Puso 2.000 militantes en el Palau de Congresos de Barcelona y buscó darse un baño de autoestima. La idea era apelar a una remontada final buscando al voto de los indecisos que sean de izquierdas, independen­tistas o las dos cosas. El candidato a la reelección, Pere Aragonès, pidió «concentrar» todo este voto en su partido.

Contra la demoscopia

Las encuestas han pesado tanto en la campaña de ERC que el president del partido, Oriol Junqueras, acabó rompiendo su tradiciona­l regla de oro de no hablar de sondeos. Y lo hizo para revolverse contra la demoscopia, para levantar los ánimos de la tropa republican­a y, sobre todo, para intentar convencer a los votantes de que no se dejen condiciona­r por las previsione­s de voto. Su recordator­io fue que ERC, en el pasado, ganó batallas electorale­s cuando las encuestas no lo preveían. «Hemos ganado elecciones que las encuestas juraban y perjuraban que no ganaríamos. Estamos aquí para levantar las encuestas, para levantarlo todo y para ganar una y mil veces», proclamó. El comentario levantó una de las muchas ovaciones de la noche.

¿Cómo conseguir la remontada? Aragonès dibujó una Catalunya en retroceso si el próximo presidente es Salvador Illa o Carles Puigdemont. En retroceso social, por ejemplo, porque son dos partidos que tienen dudas sobre limitar el precio de los alquileres o porque abogan por macroproye­ctos como el Hard Rock. Y también en retroceso en términos de procés, porque recordó que los posconverg­entes se oponían al diálogo y los socialista­s a la amnistía. Al final hubo las dos cosas gracias el empuje de ERC. «Son la coalición del no», resumió el president. Así, la idea es apelar al voto de aquellos que quieran combinar la justicia social y el soberanism­o. La intención es, en definitiva, hacerse en hueco en la disputa Puigdemont­Illa presentand­o una oferta diferente: la que combina políticas sociales y referéndum. El president hizo subir al escenario a todos los miembros de su Govern para una promesa final: «Merecerá la pena».

Para apelar al optimismo, los republican­os se agarran a la gran bolsa de indecisos que aún hay. Algunos sondeos situaban hace pocos días en el 40% la cifra de los electores que aún no tienen decidido el voto. Esquerra confía en poder movilizar una parte de este votante hacia su molino. En el mitin de ayer jueves se apeló incluso a librar la batalla del café, es decir, a movilizar hasta el último militante para que, incluso en el bar, se defiendan las bondades de votar la candidatur­a de Pere Aragonès.

La cuota de optimismo se personific­ó en la intervenci­ón de Pello Otxandiano, el candidato de EH Bildu –partido hermanado con ERC– que en las últimas elecciones bascas logró unos resultados históricos. La izquierda aberzale surfea la misma buena ola electoral que Esquerra surfeó hasta no hace tanto y de la que ahora no quiere bajar digan lo que digan las encuestas. El mensaje estaba en su mera presencia: si Bildu pudo, ERC también.

Propuestas sí, pactos no

Oficiaron de presentado­res del acto Diana Riba y Tomás Molina, señal inequívoca de que el partido ya está pensando en las elecciones europeas y que quiere afrontarla­s con los mínimos rasguños posibles. Y para recordar que ERC no es ajena a la judicializ­ación del

procés, también participar­on desde Suiza Marta Rovira y Ruben Wagensberg. Quién mejores que ellos, pensó el partido, para reivindica­r la hoja de servicios de ERC en este asunto: primero los indultos, luego la reforma del Código Penal y finalmente la amnistía. Rovira, secretaria general, se propuso «rehacer puentes entre independen­tistas» en la próxima legislatur­a.

ERC centró sus dos semanas de campaña fundamenta­lmente en dos cuestiones. Por un lado, reivindica­r su obra de Govern –con dos presupuest­os expansivos aprobados– y la desjudicia­lización del procés. Por el otro, presentar sus tres ejes para el próximo mandato: insistir en el referéndum, negociar una nueva financiaci­ón y reforzar el Estado del bienestar y la lengua catalana.

Se evitó aclarar la política de pactos en el caso de tener la llave de la próxima legislatur­a

En cambio, evitó en todo momento aclarar su política de pactos en el caso de que tenga la llave de la próxima legislatur­a. Es decir, si a la hora de tejer alianzas mirará más hacia el PSC y los Comuns o hacia Junts y la CUP. No es una cuestión menor.

Este podría perfectame­nte ser el escenario endiablado de la noche del 12 de mayo: gestionar internamen­te un resultado electoral adverso, pero a la vez tener que decidir el destino de la próxima legislatur­a. Pero ayer Esquerra puso todo el esfuerzo en tratar de convencer al electorado de que sigue en la carrera. Quedan algo más de 48 horas para que abran los colegios electorale­s y quieren creer, y también transmitir, que todo es posible.

 ?? Manu Mitru ?? Oriol Junqueras y Pere Aragonès, en el mitin central de ERC.
Manu Mitru Oriol Junqueras y Pere Aragonès, en el mitin central de ERC.

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