El aviso de Biden de cortar el envío de armas pone en alerta a Israel
▶ La amenaza de EEUU puede forzar al Gobierno hebreo a un cambio de planes en Gaza ▶ «Nos mantendremos firmes», replica el ministro de Defensa
No ha sido la orden vinculante del Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas. Tampoco los millones de personas que llevan meses protestando alrededor del planeta, ni el tono cada vez más elevado de los discursos de los líderes mundiales. Tras siete meses de guerra contra Gaza, lo que ha puesto en riesgo los esfuerzos militares de Israel en el enclave palestino de verdad son las palabras del presidente de EEUU, Joe Biden. El demócrata afirmó el miércoles por primera vez que dejará de enviar armamento a su aliado hebreo en caso de que inicie una incursión a gran escala en la sureña Rafah. En Israel saltaron las alarmas. Los integrantes más derechistas del Gobierno acusaron a Biden de aliarse con Hamás y altos funcionarios alertaron de que esta decisión podría obligar a las autoridades a cambiar sus planes operativos en Gaza.
Ni el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, ni el ministro de Defensa, Yoav Gallant, respondieron directamente a Biden. La oficina de Netanyahu repitió el mensaje que le transmitió el líder israelí a su homólogo estadounidense el lunes en una llamada telefónica: «Lucharemos con las uñas si es necesario». Gallant fue más claro. «Desde aquí les digo a los enemigos de Israel y a sus mejores amigos: el Estado de Israel no puede ser sometido», defendió en una ceremonia previa al Día de los Caídos en Israel. «Nos mantendremos firmes, lograremos nuestros objetivos, atacaremos a Hamás, destruiremos a Hizbulá y traeremos seguridad», añadió el ministro de Defensa. Según un funcionario citado por medios locales, Israel ya comenzó a trabajar a través de varios canales para presionar a Biden para que cambie de rumbo.
«Debemos continuar la guerra»
El incendiario y ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, fue escueto pero directo. «Hamás [emoticono de un corazón] Biden», como Hamás ama a Biden, tuiteó ayer por la mañana generando miles de respuestas. Su aliado, el colono Bezalel Smotrich, a cargo de Finanzas, afirmó sin rodeos que la fuerte oposición estadounidense solo revitalizará el impulso de Israel para eliminar a Hamás. «Debemos continuar esta guerra hasta la victoria, a pesar, y en cierta medida precisamente debido a, la oposición de la Administración de Biden y la interrupción de los envíos de armas», dijo en un comunicado. «Simplemente no tenemos otra opción que no ponga en peligro nuestra existencia y seguridad», añadió. El líder de la oposición, Yair Lapid, no dudó en culpar a Netanyahu de la «gestión fallida» de los vínculos con Washington por parte del Gobierno.
A su vez, un alto funcionario israelí anónimo citado por la emisora pública Kan declaró que la decisión de Estados Unidos de retener armas a Israel por sus planes de ataque a Rafah podría obligar al Gobierno a alterar sus planes operativos. Alertó de que el Estado hebreo podría verse obligado a llevar a cabo una «economía armamentística», es decir, conservar municiones para garantizar que no se agoten. Desde las tribunas de los medios israelíes, la sociedad expresó su alarma y enfado. «La congelación parcial de armas de Biden profundiza la amenaza existencial que Israel enfrenta desde el 7 de octubre», escribió el editor de The Times of Israel, David Horovitz. «El anuncio de Biden socava la seguridad de Israel; [...sus palabras] envalentonan y alientan a los enemigos de Israel, mostrándoles un Israel debilitado por el apoyo agotado de su aliado más esencial y reduciendo así la capacidad de Israel para frustrar sus ambiciones genocidas», añadió.
Está por ver hasta qué punto Biden cumplirá con sus amenazas. Por ahora, la delegación israelí ha abandonado El Cairo, donde se celebran las negociaciones por el alto el fuego, sin fecha de retorno. La cadena estadounidense NBC, citando a cuatro funcionarios estadounidenses, informó de que Netanyahu no está dispuesto a aceptar un acuerdo de tregua con Hamás a menos que le permita proceder con una operación en Rafah, aunque un funcionario israelí negó que esa sea la posición de su país.
Mientras el Gobierno hebreo decide cómo responder a Biden, el Ejército siguió ayer bombardeando Rafah, donde murieron una treintena de palestinos.
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El líder de la oposición culpó a Netanyahu de la «gestión fallida» de los vínculos con Washington