El Periódico - Castellano

El meteórico ascenso de Cesc como entrenador

- ALBERT GUASCH

El Como regresa a la Serie A después de 21 años de la mano del exjugador del Barça en su primera temporada como técnico, aunque todavía no tiene la licencia UEFA Pro. Prometió a sus jugadores, la mayoría compañeros antes de retirarse, un viaje a Ibiza como premio.

Hace unos pocos meses se filtró un vídeo en que se veía a Cesc Fàbregas echar una bronca rotunda a los jugadores del Como 1907. Temblaba la cámara. «¡Jugad, echadle huevos y jugad!», gritó en italiano. Es de suponer que el viernes por la noche en el descanso del partido contra el Consenza los decibelios volvieron a dispararse. Cesc entrena al Como de la Serie B y en la última jornada se jugaba el ascenso a la Serie A, la primera división del calcio, y empezó perdiendo 0-1 contra un equipo que no se jugaba nada.

Hasta el minuto 76 el Como no logró empatar y, para suerte del corazón de los 13.000 seguidores que llenaban su estadio, el Venezia, que le disputaba la plaza que daba derecho al ascenso directo, se estrelló en campo del Spezia (2-1). Cesc pudo al final dar rienda suelta a sus emociones felices y celebrar que la próxima temporada será entrenador de Primera. Hace 21 años que el Como no se codea entre los grandes.

El exjugador del Barça, de 37 años, ha logrado un hito en su primer curso en el banquillo. Ni tan siquiera tiene el título de entrenador. Espera sacarse la licencia UEFA Pro de cara al curso que viene. Oficialmen­te es el segundo a bordo, asistente del galés Osian Roberts.

Pero la manija la dirige el de Arenys de Mar.

Es el entrenador y es socio minoritari­o del club, propiedad de los hermanos Robert Budi y Michael Bambang Hartono, dos millonario­s indonesios que figuran en el top 100 de la lista de Forbes de las mayores fortunas del mundo. Entraron en 2019, cuando el equipo jugaba en la serie D, con el propósito publicitad­o de ascender lo más rápido posible a la Serie A. Objetivo cumplido.

Cesc cerró su etapa como jugador a la orilla del famoso lago. En estos parajes, se instaló con la familia para iniciar el reto de convertirs­e en un entrenador importante, con sueños de volver a dirigir un club de la Premier League. No ha podido comenzar mejor.

«Entrenar es algo en lo que ya maquinaba desde hace años. Me encuentro bien y me sale natural. Ya dentro del campo ejercía en cierta manera de entrenador porque trataba de ayudar a mis compañeros. Me apasiona», dijo hace unas semanas a Relevo.

Un andamio como Luis Enrique

Cesc comenzó como entrenador de las categorías inferiores del Como, antes de subir al primer equipo en noviembre de 2023, tras la salida de Moreno Longo. Conoce bien a todos los futbolista­s, ya que jugó con la mayoría antes de retirarse. «La forma en que queremos jugar es clara: queremos ir a por el partido y marcar el máximo de goles», dijo a la agencia PA News. Se está revelando como un técnico de carácter.

En los entrenamie­ntos se ha instalado un andamio como hacía Luis Enrique con la selección española, aunque dice que es más para su asistente, que para él. Y en la semana previa a un partido, obliga a los suplentes a jugar con la disposició­n táctica que, por lo estudiado, desplegará su inminente rival. Todo eso se verá en el documental grabado sobre este año de ascenso, la bronca incluida. El desenlace no podía ser más feliz y Cesc prometió a sus jugadores un viaje a Ibiza como premio.

Además de técnico, es socio minoritari­o del club, propiedad de dos millonario­s indonesios

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Matteo Gribaudi / Reuters Cesc Fàbregas celebra el ascenso del Como, el viernes por la noche.

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