Del Barça del 1-0 al Barça tragabolas
«Es error mío», asumió Xavi sobre la inseguridad defensiva del equipo, que llevaba 13 goles encajados en la pasada Liga y ahora suma 43 (30 más). La peor cifra
La diferencia entre el Barça campeón y el Barça que pena en el tercer lugar de la tabla reside en la inopinada endeblez defensiva que ha exhibido esta campaña. La portería azulgrana es un tragabolas que no ha parado de engullir goles, y se ha convertido en uno de los motivos principales de la caída del equipo. «Es un error mío. Como entrenador y como staff hemos fallado», confesó Xavi ayer, una vez preparado el duelo ante la Real Sociedad que brinda al Barça la posibilidad de superar al Girona y situarse en el segundo puesto.
Entre Marc André ter Stegen e Iñaki Peña han encajado 43 goles en 34 partidos. Una cifra inasumible , a no ser que los delanteros doblen o tripliquen esa cifra, que tampoco ha sido el caso. Son 23 goles más que en las 38 jornadas de la pasada Liga (20), y son 30 más que en la jornada 34. Entonces, en aquel Barça del 1-0, Ter Stegen sólo había recibido ¡13! Un año después la que fue la mejor defensa de Europa es casi la más batida del club en lo que va de siglo.
El Madrid ha encajado 22 goles, que se han repartido tres porteros:
Thibaut Courtois, el titular, que se lesionó en agosto, Andriy Lunin y en el cedido Kepa Arrizabalaga. Ante ese panorama, no sirve la excusa de la ausencia de Ter Stegen durante un trimestre. Al Girona y al Barça les han enchufado el doble. Más allá del análisis que pueda efectuarse del rendimiento de los porteros (Ter Stegen ha recibido 26 goles en 24 partidos e Iñaki Peña ha asumido 17 en 10), el incremento denuncia un pésimo funcionamiento general del equipo. Y, por tanto, varias son las razones.
Xavi asumió su responsabilidad y su culpabilidad en tanto que es el entrenador de la plantilla y toma las decisiones técnicas y tácticas. «Cuando hemos empleado un mediocentro defensivo posicional, como Oriol [Romeu] o Andreas [Christensen] nos ha ido mejor, nos ha dado más equilibrio y hemos competido mejor», explicó el técnico, que abordó la alternativa del doble pivote tras la marcha de Sergio Busquets. «Es error mío, no
desde la campaña 2007-2008. «Deberíamos haber reestructurado el centro del campo de otra manera», dijo ayer, en vísperas del duelo con la Real Sociedad (21.00 h.).
hemos estado a la altura y no hemos competido como queríamos. El planteamiento de algunos partidos estuvo mal, deberíamos haber reestructurado el centro del campo de otra manera», amplió.
Plantilla más frágil
El punto de partida residía desde una plantilla un poco más frágil.
El equipo cambió a cuatro de los diez defensas de la pasada campaña (Bellerín y Piqué se marcharon en enero, Alba y Eric) por dos nuevos: João Cancelo e Iñigo Martínez.
Eric fue cedido después del tercer partido al Girona por ajuste salarial. La pérdida de potencial humano no ha sido subsanada hasta el segundo semestre con la irrupción de Pau Cubarsí y la incorporación de Héctor Fort. Marcos Alonso ha estado cuatro meses lesionado y Alejandro Balde lleva cuatro de baja; Iñigo ha sufrido tres lesiones y Sergi Roberto, dos.
Hasta que desapareció Gavi, el Barça había encajado 12 goles en 14 jornadas (por debajo de la media, como se observa), y el peor día defensivo había sido la victoria por 34 en Villarreal con él en el campo. «Es el corazón del equipo», repetía Xavi. Un corazón que dejó de bombear sangre cuando se rompió los ligamentos cruzados con la selección, dejó de bombear sangre al Barça. «Ha sido una puñalada», musitó el técnico. Sin él se han sucedido las goleadas. Una ausencia que Xavi ha lamentado casi cotidianamente entre el cuerpo técnico por ser el factor que aportaba agresividad al centro del campo y suponía la primera barrera de contención, ya fuera por su capacidad para robar balones como por su facilidad para cometer faltas que, al fin y al cabo, permitían reordenar al equipo.
Errores «flagrantes»
Nadie ha cumplido la valiosa función que desempeñaba de Gavi. El entrenador ha tenido que improvisar con Christensen para que hubiera un cierto espíritu defensivo en la medular, vistas las características poco agresivas de Gündogan, Pedri o Frenkie de Jong. Fermín es