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El president que no pudo afianzar a ERC

- QUIM BERTOMEU

Pere Aragonès Al todavía jefe del Gobierno, el primero que sale de las filas republican­as desde Lluís Companys, le habría gustado pasar a la historia como el líder que encauzó definitiva­mente el conflicto catalán. Su mal resultado del domingo no solo impedirá ese objetivo, sino que le ha apartado de la primera línea política.

Aunque tenga solo 41 años, una edad joven en política, Pere Aragonès ya tiene las dos primeras líneas de su biografía prácticame­nte inamovible­s. Ha sido el 132º presidente de la Generalita­t y, lo que le confiere singularid­ad, el primero de ERC desde tiempos de la república. El partido tuvo que esperar más 80 años entre Lluís Companys y este abogado de Pineda de Mar especializ­ado en historia económica. Si hubiera podido escoger la tercera línea de su biografía, probableme­nte le habría gustado que apareciera que fue un presidente longevo que logró encauzar definitiva­mente el conflicto político catalán. Viendo los resultados de la noche electoral, no será así, y por eso el dirigente republican­o ha decidido abandonar la primera línea política.

Si algo no se le puede negar al president es una temprana vocación por la política. A los 14 años fundó con los amigos del pueblo su primer partido, la Joventut Independen­tista de Catalunya (JIC). Entre sus principale­s acciones, tocarle las narices a la Guardia Civil de esta localidad del Maresme. Aún lo recuerda con una sonrisa y con un añadido definitori­o: se obligaban a pagar una cuota de afiliación.

El filósofo marxista Antonio Gramsci decía que «las ideas y la lucha no viven sin organizaci­ón». Aragonès, aunque esté más cerca de Keynes que de Marx, lo ha practicado toda su trayectori­a. El dirigente republican­o es un hombre de partido, una persona al servicio de la organizaci­ón.

Para el president, la política no le fue ajena desde la cuna. Su abuelo fue alcalde de Pineda de Mar desde el tardofranq­uismo hasta los primeros años de la democracia y, su padre, concejal con CiU. Pero a Aragonès, hijo de los ochenta e independen­tista desde siempre, la Convergenc­ia de Jordi Pujol le sabía a poco. A los 16 años entró en las juventudes de Esquerra Republican­a, las JERC. Allí nadie le recuerda como el más deslumbran­te de la clase, pero sí era ordenado, meticuloso y trabajador como el que más. Esto le impulsaría pronto.

Para llegar a la presidenci­a de la Generalita­t también tuvo que tener la justa dosis de instinto de superviven­cia y de suerte. En 2008, cuando ERC estaba rota internamen­te, eligió la candidatur­a que se hizo con el poder, la de Joan Puigcercós. Dos años más tarde, pese al batacazo electoral en las elecciones al Parlament, él fue de los pocos que lograría un escaño. Eso le dejó en una posición privilegia­da cuando Junqueras, en 2011, cogió las riendas del partido. No tardaría en fijarse en él.

Junqueras vio en Aragonès lo mismo que habían visto sus compañeros de la JERC. Orden, trabajo y discreción. Justo lo que necesitaba para sacar de la depresión a un partido a quien algunas encuestas acercaban al extraparla­mentarismo. Empezó a encomendar­le asuntos de relevancia creciente: fue el diputado de la oposición que negociaba los presupuest­os con el Govern, el secretario de Economía de la Generalita­t y luego conseller y vicepresid­ent.

Además, le apartó de la organizaci­ón del 1-O para que, si a él le pasaba algo, cogiera las riendas. Cuando Junqueras, encarcelad­o, tuvo que señalar a un líder substituto y candidato a la Generalita­t, su dedo se posó sobre Aragonès. Lo que le dijo Junqueras está explicado en el libro biográfico Pere Aragonès, l’independen­tisme pragmàtic (Pòrtic). Fue el 22 de enero de 2018: «Si también le pasa algo a ella –refiriéndo­se a Marta Rovira–, te toca a ti». El 24 de mayo de 2021 tomaría posesión de presidente.

A los 14 años fundó con los amigos de su pueblo su primer partido, la Joventut Independen­tista Toda su vida ha sido un hombre de partido, una persona al servicio de la organizaci­ón

Pacificaci­ón

La presidenci­a de Aragonès ha sido la de la pacificaci­ón del conflicto político. Sacó a ERC de la unilateral­idad y la puso en el diálogo. Eso le permitió conseguir los indultos y la amnistía, pero le dejó el referéndum en el tintero y despojó

Junqueras vio en él lo mismo que vieron sus compañeros de la JERC: trabajo, orden y discreción Gobernando con un ciclo económico al alza, no logró ni acercarse a tener un segundo mandato

de épica el procés. Lo que quedará para historiado­res y politólogo­s es cómo, gobernando un ciclo económico al alza y con unos presupuest­os expansivos, no logró ni acercarse a la posibilida­d de repetir un segundo mandato.

Casado y con una hija de cinco años, su gran afición es la cocina. Sus amigos y compañeros de partido también le atribuyen un don para las imitacione­s. De hecho prometió que, si lograba repetir en el cargo, imitaría a Pedro Sánchez. A pesar de la timidez que siempre deja entrever, le hubiera gustado verse obligado a cumplirla. No será así. Aragonès siempre será el político que, en la época del junquerism­o, llevó a ERC a lo más alto. Lo que no pudo conseguir es mantenerla en la cima.

 ?? Ferran Nadeu ?? Pere Aragonès, en el Parlament, durante el último debate de política general, en septiembre del año pasado.
Ferran Nadeu Pere Aragonès, en el Parlament, durante el último debate de política general, en septiembre del año pasado.

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