Cordiales diatribas contra el mundo moderno
El músico de Sant Celoni conjuga su ingenio natural como cancionista pop con las invectivas sarcásticas contra el sistema capitalista en su nuevo álbum, ‘Tecno-realista’, que sale hoy a la venta.
El nuevo álbum de Joan Colomo, que salió ayer, se titula Tecno-realista en oposición a «ese tecno-optimismo que hoy está en boga, según el cual personajes como Elon Musk nos van a salvar del apocalipsis», hace saber con ese sarcasmo que baña muchas de las nuevas canciones. Su realismo tecnológico consiste en «cuatro micros hechos mierda y un ordenador barato», los utensilios con los que ha confeccionado este disco en el que vuelve a ejercitar su don por la canción descreída pero adorable.
Hablamos de un cancionista que, dejando atrás sus tempranas andanzas con bandas de la órbita punk y hardcore (Zeidun, The Unfinished Sympathy), emprendió en 2009 un camino en solitario de signo muy distinto, un pop de autor con ingeniosas formas melódicas y cierto halo de candor (en ocasional roce con el ácido apunte sociopolítico). Y si en su álbum anterior, Disc trist (2021), recogía un desánimo existencial, «al haber dejado atrás el horizonte de esperanza que había abierto el 15M», en el nuevo ha querido acogerse a «un espíritu más positivo», porque «si lo damos todo por perdido, eso nos lleva al auge de las tendencias reaccionarias».
Pero este es un álbum cargado de cordiales diatribas contra el mundo moderno, empezando por la canción que lo abre, Tot és molt difícil, donde viene a decir que todo se le hace cuesta arriba: vivir en Barcelona «amb il·lusió», «acabar amb el patriarcat» y hasta componer una «maleïda bona cançó». «Este tema responde a la idea de que la tecnología no nos salvará, que tenemos que salvarnos nosotros cambiando las cosas», cavila. «Pero el superorganismo del sistema es una locomotora sin nadie al volante, y solo un cataclismo como el cambio climático podría parar la máquina de hacer dinero».
Otra pieza, Filles d’internet, alude a la esclavitud derivada de las pantallas. Colomo tiene dos hijas, de 5 y 7 años, y observa que al menos ha aumentado la conciencia de los peligros. «Ahora ya no ponemos
Aa los niños delante de una tablet a la hora de desayunar, como pasaba hace diez años». Aunque flota la contradicción: «El 90% de esta producción la he hecho con un ordenador», artefacto con el que mantiene «una dependencia patológica». Las redes sociales, sobre el papel, podrían ser una buena idea, «algo positivo porque nos permite
comunicarnos a los humanos», pero «el capitalismo prima el beneficio por encima de todo, incluida la salud física y mental». La catatónica Extinció final celebra el fin del mundo en un ambiente de euforia festivalera: «Els deserts s’expandiran / se’ns menjaran els huracans», pero seguiremos siendo «un públic fidel / d’aquest festival turbo-capitalista».
¿Los macroeventos como el opio del pueblo? «A ver, si me llaman para actuar iré encantado, pero es una metáfora de que nos estamos convirtiendo todos en espectadores. Ahora hasta la IA nos hará las canciones y los vídeos». Colomo actuó en el pasado en el Primavera Sound. «Y he ido mucho como público. Pero el recogimiento, el decrecimiento y las cosas más pequeñas me motivan cada vez más. Será cosa de la edad».
Tecno-realista consta de diez canciones muy cortas (ninguna alcanza los tres minutos) en las que Colomo ha tratado de «quitar hierro a las cosas». Grabado esencialmente en solitario, con las ayudas de Pau Albà (batería) y Guillem Caballero (ex-Els Surfin’ Sirles, teclados), lo presentará en la plaza del Centre Cívic La Sedeta, en las fiestas del barrio del Camp d’en Grassot, el 28 de junio (acceso libre), y unos días después, el 2 de julio, en el Festival Istiu, de Castelló d’Empúries.
Los clubs llegarán en otoño, sin prisas. «Ahora hago mucha vida doméstica, me dedico básicamente a la crianza, que es lo que me interesa ahora. Nunca he sido ambicioso, pero con el tiempo te das cuenta de que hay cosas más importantes que trabajar en tu proyecto», reflexiona. Reconocido también como productor, Colomo ha trabajado en el nuevo disco de Fetus y en grabaciones de Les Creuet, Pol Purgimon y Esperit!. Pero, aunque dice «llevar un yayo dentro», algo queda de su versión más impetuosa. «Me encantaría montar un grupo de caña extrema».
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