El Periódico - Castellano

«Millones de rusos nos oponemos a Putin, dentro y fuera de Rusia»

- MARC MARGINEDAS Barcelona

En el exilio como cientos de miles de rusos, la cantante de Pussy Riot, el grupo opositor más importante de Rusia, describe el poderío de la máquina represora del Kremlin. En la entrevista con EL PERIÓDICO desde una ciudad europea, augura que la invasión de Ucrania será para Rusia lo mismo que fue la guerra de Vietnam para EEUU y advierte de las consecuenc­ias que tendría para la UE una victoria de Putin. — Qué sucedió después de la plegaria en la catedral de Cristo Salvador en 2012, cuando Pussy Riot saltó a la fama mundial.

— No esperábamo­s ningún caso criminal contra nosotras, pero tras una semana nos arrestaron. Nos interrogar­on, después nos llevaron al centro de detención preventiva y comenzó nuestra vida en la cárcel. Estábamos en shock ante lo que veíamos y pedí a mis amigos que me enviaran libros sobre disidentes soviéticos. Empecé a estudiar. Ellos explicaron cómo sobrevivir cuando el sistema está construido para romperte. Nos sentenciar­on a dos años y nos enviaron a colonias penitencia­rias. A mí, a la colonia 28, cerca de Berezniki, en los Urales. Allí hace mucho frío, -35 grados. Tras la cuarentena, me encerraron en una celda de aislamient­o, donde estuve cinco meses. El sistema penitencia­rio ruso es herencia del Gulag. Según la ley, los presos en Rusia deben trabajar, 12 horas al día, seis días a la semana, y recibes 30 euros. Es esclavitud legal.

— ¿Cómo fue su vida desde la liberación hasta la huida?

— Nos liberaron dos meses antes del fin de la condena, en diciembre de 2013, gracias a una amnistía previa a las olimpiadas en Sochi. En ese momento el régimen de Putin quería una buena imagen ante Occidente. Fuimos a Sochi, allí hicimos una nueva protesta, nos golpearon, nos rociaron con gas lacrimógen­o, me arrojaron por una escalera. Entendimos que regresábam­os a un país muy diferente, no al que teníamos antes de la detención. Volvimos a Moscú y se produjo la primera sentencia por las protestas en la plaza Bolótnay, ocho personas fueron condenadas a periodos de prisión dos veces superiores a los nuestros. Y poco después, Crimea fue anexionada y no había vuelta atrás. Al año, mataron a Borís Nemtsov, la principal voz contra la guerra en Ucrania. Seguí protestand­o. En 2021 me abrieron un segundo caso criminal por un post en Instagram llamando a acudir a un mitin. Estuve en arresto domiciliar­io un año, y también me encerraron permanente­mente 15 días, en lo que llamamos carrusel de detencione­s. Nunca sabes cuándo saldrás. Cuando estaba cumpliendo una de estas penas, oí cómo Putin iniciaba la guerra total contra

Ucrania. Estaba sola, no puedo describir mis emociones. Y en cuanto salí de prisión, crucé la frontera ilegalment­e el 22 de abril de 2022. Desde entonces, estoy en busca y captura en Rusia.

— ¿Cómo valora usted la oposición rusa, en el interior y en el exterior? ¿Hay mucha gente? ¿Se puede hacer algo?

— Hay gente que ayuda a huir a los amenazados, quienes recaudan dinero para Ucrania, o escriben noticias. Hay muchos rusos, millones, que están contra este régimen, tanto dentro como fuera. La mayoría traumatiza­dos, porque nadie nos enseñó qué hacer si tu país se convierte en el principal agresor de Europa. En la cárcel, tienes el ejemplo los disidentes soviéticos. Pero, ¿qué hacer con la guerra? Es algo que te hace mucho daño, sientes vergüenza. Cuando EEUU bombardeó Vietnam, muchos participar­on en protestas. Pero Rusia no es EEUU, y tenemos mucho que aprender.

— ¿Cree usted que dentro de Rusia, la mayoría de la gente apoya la guerra?

— No hay sondeos creíbles; Rusia es un régimen totalitari­o, y según la ley, está prohibido llamar «guerra» a la guerra. Pero mire la enorme cantidad de gente que acudió al funeral de Navalni. Moscú está lleno de videocámar­as. A cualquiera se le puede iniciar un caso criminal por llevar flores a su tumba. Hay bastante gente que realiza acciones partisanas de forma anónima. A quienes pillan, los condenan a 10 o 15 años de cárcel.

— Usted ha vivido lo que es el FSB. Explique al lector europeo el poderío de los servicios secretos rusos.

— Es una máquina de terror. Yo invito a leer las entrevista­s de Aleksándr Bórtnikov, su director. Se enorgullec­e de las acciones del NKVD y KGB, responsabl­es en el pasado de la eliminació­n de 5,5 millones de ciudadanos por ninguna razón. Los servicios secretos rusos fueron fundados en 1918 por Félix Dzerzhinsk­i, y en sus oficinas, o las de la policía, cuelga su retrato. No sé hasta qué punto Occidente lo entiende. Da miedo.

— ¿Esta máquina también actúa en Occidente, en España?

— Claro. El asesinato de Litvinenko lo demuestra. Pueden matar a personas. Compran a periodista­s, partidos de ultraderec­ha que expanden sus narrativas.

— ¿Cómo valora la respuesta de Occidente a la invasión rusa?

— Occidente tardó dos años en enviar el primer F-16. Es tarde, hay una parte de Ucrania ya ocupada. Creo que en la UE la gente no sabe qué pasará si Ucrania pierde la guerra. El Ejército ruso irá más lejos, a Georgia, Moldavia. Si Trump gana las elecciones y EEUU se va de la OTAN, Rusia atacará los bálticos y Polonia. Putin necesita de la guerra para seguir en el poder.

«Nadie nos enseñó qué hacer si tu país se convierte en el principal agresor de Europa»

 ?? Jesús Hellín / Europa Press ?? Maria Aliójina, cantante del grupo Pussy Riot.
Jesús Hellín / Europa Press Maria Aliójina, cantante del grupo Pussy Riot.

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