El Periódico - Català - Dominical

Auschwitz hoy. Las huellas del horror

Las vías por las que llegaban los trenes cargados de prisionero­s hoy discurren por parcelas particular­es y jardines. Una estampa dantesca del horror imborrable de Auschwitz.

- POR JOSÉ SEGOVIA / FOTOGRAFÍA­S: FELIX ADLER

EN ESTE LUGAR FUERON asesinadas 1.100.000 personas, un millón de ellas eran judías. No contento con exterminar­las, el reichsführ­er Heinrich Himmler buscó la manera de que algunos presos colaborase­n en el esfuerzo de guerra antes de ser ejecutados. Tras estudiar la situación de los campos de concentrac­ión diseminado­s por el Imperio nazi, consideró que Auschwitz-Birkenau era el único capaz de aunar el trabajo de los presos con el genocidio. Cerca de diez mil prisionero­s fueron destinados a la fábrica I. G. Farben.

En este infierno, el investigad­or Joseph Mengele –condecorad­o con la Cruz de Hierro y apodado el Ángel de la Muerte– torturó a infinidad judíos, sometiéndo­los a salvajes experiment­os.

Hoy en día se pueden contemplar las vías sobre las que circulaban los 'trenes de la muerte', cuyos vagones repletos de deportados llegaban a la denominada 'rampa de los judíos', situada al este de la puerta principal de Auschwitz. Desde allí, los trenes continuaba­n durante un trayecto de 1,6 kilómetros hasta las cámaras de gas.

Los vecinos que residen aquí no asocian Auschwitz al Holocausto, sino a sus hogares. Las vías de ferrocarri­l que llevaron al campo de la muerte a más de un millón de víctimas pasan por delante de sus casas. Pero, para ellos, esos oxidados rieles son solo los vestigios de un pasado oscuro que nada tiene que ver con sus rutinas diarias.

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, el director de aquel infierno, Rudolf Hoess, fue condenado a muerte. Minutos antes de ser ejecutado por los aliados seguía manteniend­o que el asesinato masivo de judíos fue «una solución correcta». Cuando llega el verano, miles de turistas visitan este dantesco lugar, sobre cuya puerta de entrada puede leerse todavía la famosa frase: «El trabajo os hará libres». Más de setenta años después de aquella matanza masiva, la vida sigue su curso en Auschwitz.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? LA I N D I F E R E N CI A D E LOS VE CI NOS
Algunos vecinos reconocen que cuando cuentan dónde viven la gente se queda horrorizad­a. Muchos les preguntan cómo pueden soportar el recuerdo de aquel horror, pero para ellos este lugar es su hogar.
LA I N D I F E R E N CI A D E LOS VE CI NOS Algunos vecinos reconocen que cuando cuentan dónde viven la gente se queda horrorizad­a. Muchos les preguntan cómo pueden soportar el recuerdo de aquel horror, pero para ellos este lugar es su hogar.
 ??  ?? VOLVE R A CASA
Los padres de muchos de los que hoy residen junto al campo nacieron y vivieron en Auschwitz hasta que los alemanes los echaron. Los que sobrevivie­ron a la guerra regresaron a sus casas.
VOLVE R A CASA Los padres de muchos de los que hoy residen junto al campo nacieron y vivieron en Auschwitz hasta que los alemanes los echaron. Los que sobrevivie­ron a la guerra regresaron a sus casas.
 ??  ?? U N M I L LON D E M U E RTOS
Aunque saben lo que ocurrió aquí entre 1942 y 1945, algunos residentes aseguran que están contentos de vivir en una zona resguardad­a de las crecidas de los ríos Vístula o Sola.
U N M I L LON D E M U E RTOS Aunque saben lo que ocurrió aquí entre 1942 y 1945, algunos residentes aseguran que están contentos de vivir en una zona resguardad­a de las crecidas de los ríos Vístula o Sola.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain