El Periódico - Català - Dominical
Pau Arenós
solo porque aparecen elefantes rosas en la etiqueta y eso me hace mucha gracia, cuando entró el rey. Al no llevar corona, no supe de su posición. Puso las aristocráticas posaderas sobre el asiento que estaba a mi lado en la barra. Eso ya me agradó porque peso unas seis toneladas –aquel año un poco menos porque hice pádel– y la gente evita acercarse. Precisamente ocupaba un taburete –un palillo en mis nalgas– porque no hay manera de encajar en una silla. Y las peanas de circo son humillantes.
El hombre pidió una cerveza Cobra King y se dirigió a mí: «Por los reyes». Como soy el mayor mamífero terrestre me sentí incluido en el brindis. Me contó que estaba de safari y que se había escapado del campamento y de su acompañante para respirar un rato. Quería charlar. Probé una King Cobra y él, una Delirium Tremens. Después nos pasamos al tequila Rey del Mundo. El tequila me pone las patas como un cenicero. Yo le conté el sueño imposible de bailar en el Bolshói y él, que pese a que todos lo tenían por muy simpático padecía de una melancolía incurable y deseaba ser un ermitaño y vivir de la buena voluntad de las gentes. El tequila es de una gran ambigüedad y saca de los humanos y los elefantes la verdad y la mentira, aunque nunca sabes si es la una o la otra. Fue un rato agradable durante el que se siguió quejando de que su encanto era magnético y de que sin desearlo lo llenaban de regalos, yates, viajes y cacerías.
Yo estaba muy borracho, el taburete se quebró y caí encima del rey. Fue un accidente. Le rompí una cadera. Se quejó un poco, no mucho, dijo que
He sobrevivido a las enfermedades, a los safaris para ricos y a los furtivos del marfil, así que espero conservar los colmillos hasta el fin
estaba acostumbrado a las fracturas. Llamaron a una ambulancia. Quise subir para acompañarlo al hospital, pero no cabía en el vehículo. No volví a verlo. Siempre quise saber si lo creyeron cuando contó que la culpa de la cadera rota la había tenido un elefante beodo. www.xlsemanal.com/firmas