El Periódico - Català - Dominical
Amenazantes paralelismos
Qué triste encontrar tantos paralelismos entre la España de los años treinta y la actual. Tras lograr una Constitución de consenso modélica en 1978, la reciente fragmentación de derecha e izquierda en varios partidos remeda a la que operaba en aquel terrible pasado donde la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y el Frente Popular aglutinaron a las organizaciones políticas de ambos lados. Que un exaltado planee un atentado contra el presidente del Gobierno nos retrotrae a la barbarie que condujo a España a la infame Guerra Civil de 1936; no es únicamente un intento de asesinato contra la máxima autoridad, sino contra todos nosotros, pues en el fondo trata de revertir cualquier espíritu de libertad. Los grandes desniveles socioeconómicos de hoy en día se asemejan a los de aquellos años pasados; las demandas regionalistas vuelven a anteponer sus intereses particulares por encima de los comunitarios, y en el exterior aparecen personajes tan siniestros como Donald Trump, émulo de los dictadores de los años treinta del siglo pasado. En esta vorágine tecnológica que cambia el mundo cada día, perfectamente comparable a la acontecida en los años posteriores a la Gran Guerra de 1914, solamente dos cosas nos diferencian de aquel lúgubre pasado: la inexistencia de un anarquismo realmente organizado y la sedimentación de unas Fuerzas Armadas auténticamente democráticas y libres, bien formadas y al servicio de la ley pactada por todos los ciudadanos. Esto último alienta un auténtico espíritu de esperanza.