El Periódico - Català - Dominical
Pau Arenós
les convenían los simpapeles porque los podían exprimir, pagarles sueldos mínimos, doblegarlos con un simple dedo y la amenaza de no volverlos a coger, sin temer a los sindicatos ni a la dignidad ni al orgullo.
La población se dividía en varios grupos sociales: los propietarios, chicos, medianos y grandes; los asalariados nativos que no habían alcanzado la categoría de dueños y acusaban a los forasteros de birlarles el trabajo (que ellos –¡ellos!– no harían a cambio de sueldos de mierda y culpaban al extranjero de los bajos precios en lugar de a los explotadores); los inmigrantes envueltos en desesperación y los que se alejaban de los plásticos como los demonios del agua bendita.
Llegados a este punto: ¿qué querían los propietarios, los chicos, los medianos y los grandes? Que los forasteros se esfumaran. A diario escuchaban a sus convecinos decir: «Es que no se puede salir a la calle cuando se hace de noche. Lo ocupan todo, están por ahí tumbados. ¿Qué creen, que son los dueños de las calles?», o: «Viven de los subsidios, reciben todo tipo de ayudas y colapsan la sanidad». Esos mismos comentarios los soltaban a los periodistas que se acercaban al pueblo para comprender por qué habían votado en masa a una formación de extrema derecha.
Los terratenientes reunieron a los líderes de la comunidad de emigrantes en un salón de bodas de las afueras. «Queremos que os volváis invisibles», les comunicaron.
¿Por qué votaban a una formación ultraderechista que prometía expulsarlos? Qué locura bipolar. ¿Qué sentido tenía eso?
Los convocados no comprendieron el porqué de la exigencia. «Es muy sencillo: molestáis. No os queremos ver. Tenéis que desaparecer. Quien quiera ser contratado tendrá que ocultarse cuando no esté trabajando. Desapareced de las calles. Camuflaos». El jefe del partido de la ultraderecha felicitó a los notables por la iniciativa: se trataba de sacar el máximo provecho de aquellos desgraciados sin que su miseria les ensuciara la vista. Los fachas y los empresarios se felicitaron por haber acabado con el racismo. www.xlsemanal.com/firmas