El Periódico - Català - Dominical
EL SACRIFICIO FRANCÉS
Todos los que formaron parte del día D –soldados, marinos o aviadores– nunca olvidarían la imagen previa al desembarco. La flota reunida para la invasión era la mayor de la historia: 7.700 barcos y 12.000 aeronaves. Los pilotos contaron después que, desde el cielo, el mar estaba tan atestado de embarcaciones que parecía posible llegar a Francia andando.
Seguimos considerando el día D y los enfrentamientos de Normandía como una lucha enconada de americanos y británicos contra alemanes. Pero se trató de la batalla más multinacional de la guerra. Una división canadiense desembarcó en la playa de Juno. Comandos franceses se lanzaron al asalto de Ouistreham, y paracaidistas franceses cayeron sobre Bretaña. Hubo navíos de nueve países, así como escuadrillas aéreas tripuladas por canadienses, neozelandeses, australianos, rodesianos, polacos, franceses, belgas, holandeses, noruegos...
EL DOLOR DE LA POBLACIÓN FRANCESA
Hay que tener en cuenta el sufrimiento experimentado por los civiles franceses durante la invasión de Normandía. Eisenhower y los estrategas de la invasión sabían que los aliados se encontrarían con graves dificultades justo al pisar la orilla, porque los alemanes tratarían de reforzar rápidamente sus tropas con blindados Panzer. Por ese motivo idearon la llamada 'Operation Transportation'; el plan era acordonar y sellar el área de la invasión mediante el bombardeo de los puentes del Loira, en el sur, y los del Sena, al este... y destruir los pueblos y ciudades que llevaban a las playas.
Al enterarse de la estimación de bajas civiles, Churchill se horrorizó. Trató de establecer un límite de 10.000 muertos, pero, por insistencia del general Eisenhower, Roosevelt finalmente tuvo la última palabra. Las víctimas civiles reales fueron 15.000 muertos y hasta 100.000 heridos tan solo durante los bombardeos preparatorios. Otros 20.000 fallecieron en los enfrentamientos de Normandía entre el 6 de junio y mediados de agosto.
La ciudad de Caen fue hecha trizas por los bombardeos el 6 de junio y el 7 de julio. Los soldados británicos que observaron el espectáculo sentían que la tierra temblaba como un flan bajo sus pies. Daban por sentado que la ciudad normanda había sido evacuada, pero no era el caso. Un periodista preguntó más tarde a uno de los civiles la sensación vivida durante el bombardeo. El hombre respondió: «Imagínese a una rata metida dentro de un balón de fútbol
Los ayudantes de Hitler no se atrevieron a despertarlo la mañana de la invasión. El Führer se había reservado el control de los Panzer