El Periódico - Català - Dominical
Fisuras en el cuento feliz
legalizado trabajen dos, tres o cuatro individuos distintos. Hemos venido en llamar el fenómeno 'la uberización del empleo'. Se trata de una precariedad asumida por las condiciones sociales de alto desempleo. No es raro escuchar a voces autorizadas decir que no es conveniente llamar 'trabajo basura' al trabajo basura porque hay mucha gente que lo necesita para vivir. Esta falacia es tan grosera como impedir que se llame contenedor de basura a un 'contenedor de basura' porque hay personas en las grandes ciudades que encuentran allí su alimento diario. ¿Qué lo vamos a llamar: restaurante barato? En esas estamos aún, en la torsión del lenguaje para que la porque pertenece a una élite llamada antes 'clase media'. Sucede algo similar con las plataformas televisivas, que son el Nespresso del audiovisual. Te conceden libertad para solo consumir el café de sus cápsulas, plena libertad para solo ver las películas y series que ellos te empaquetan. ¿Y la libertad de verdad?, se preguntará algún iluso con aún algún atisbo de espíritu crítico.
Es cierto que en las reclamaciones fascistas que hoy día llenan Europa se percibe una nostalgia imperial. Claro, todos ellos apelan a los tiempos donde éramos patricios y podíamos ignorar a los miles de esclavos que nos rodeaban. Ese es el esplendor que quieren recuperar. Hay que felicitarlos por haber engañado a tanta gente con esa visión parcial. Lo que muchos no llegan a ver es que no hay razón por la que tú tengas que pertenecer a los patricios habiendo porcentualmente tantos esclavos. Si volvieras al imperio, quizá te tocaría el mismo papel que a tus antecesores, que no era otro que servir al señorito. Esos ruteros de la calle tienen algo de invisibles. Nunca
Algunos aún creen que su hijo universitario se librará de estas condiciones laborales porque pertenece a una élite llamada antes 'clase media'