El Periódico - Català - Dominical
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Leyes injustas Tras leer El bloc del cartero del XLSemanal 1650, titulado Derecho, quisiera hacer algunas puntualizaciones. Primera: la «recta y pulcra aplicación de la ley» no existe. Las leyes las elaboran y aplican hombres y mujeres, seres humanos con sus filias y fobias, amén de intereses concretos, y todo ello conforma la interpretación que de la misma hacen. Queda muy bien alabar el Derecho, pero no está de más recordar que es una 'grandiosa herramienta' que las más de las veces se utiliza en favor de determinadas clases y en contra de otras y que, por desgracia, en muchas ocasiones, poco tiene que ver con la Justicia. Y, si no, pregunte a cualquier ciudadano de a pie que haya tenido la mala fortuna de tener que enfrentarse a los poderes de turno. Es como el mantra de que «todos somos iguales ante la ley». Sí, pero unos más que otros. Segunda: es decepcionante la interesada ignorancia que demuestra, en
Un sueño tonto. Hoy es un día de junio caluroso, radiante y floreado, oloroso e idóneo. Pero me resulta chocante, terriblemente derrochador, aburrido. Vacío, hueco, sin sentido, plano; como una falsa estampa. Casi puedo ver cómo se destiñen los colores, cómo se cae el cielo a retazos. Casi logro convencerme a mí misma de que los pájaros han dejado de cantar y han paralizado su vuelo para caer desplomados como rocas. ¡Casi tengo que detenerme para no ir por un paraguas! ¿Cómo puede alguien sentirse tan mal en tan buen día? Como decía Virginia Woolf en su novela La señora Dalloway: «Era un sueño tonto, muy tonto, el ser desdichado». Enviaré estas letras lejos, a algún desconocido al que no logre perturbar con mis apreciaciones o, tal vez, llegue a alguien que se sienta identificado y se dé cuenta de que ya somos dos. ALEXIS
unos trabajadores y otros es que el correo sea enviado el sábado a las tres de la mañana y que el trabajador tenga claro que su salario se ajustará semanalmente a la productividad dictada por un algoritmo automatizado. En chino, inglés o álgebra. STAN
Esto es la guerra. Sí, lo creamos Decidir de qué morir Es recurrente periódicamente el fijarse en algún caso de dependencia