El Periódico - Català - Dominical
Mirada desde fuera
He visto con gran pena y nostalgia que la mayoría de los mayores en España son dejados de lado en la vejez. Vuestros padres se han sacrificado toda una vida por hacer hijos de bien, amándolos y entregándoles las armas para la llegada de la adultez; trabajando hasta partirse el lomo, para alimentarlos y educarlos. Pero ¿qué hacen los hijos después? Se casan, abandonan el nido, se olvidan y se van. ¿Cuándo vuelven a acordarse? Cuando llegan los hijos. ¿Para qué? Para que los abuelos les cuiden a sus hijos y poder trabajar y divertirse. Pero ¿qué pasa después de que los hijos crecen y ya no los necesitan? Se olvidan de ellos. Yo me pregunto, ¿dónde está el sentimiento de gratitud por los semejantes? Y qué vamos a decir por nuestros ancianos padres, que nos cambiaron los pañales, nos dieron el biberón y, lo más importante, la vida. Entonces lo más fácil: enviarlos a las residencias. ¿Creen ustedes, amigos lectores, que todos esos ancianos de las residencias que han muerto de COVID-19 habrían fallecido si hubieran estado en casa con su familia? Y de ser así, lo habrían hecho con dignidad y amor.
MIREYA INZUNZA PARRA. YECLA (MURCIA)
todo mucho mejor. Utilizar residencias fijas solo para casos en los que no quede opción. Esto es un gran cambio. Núcleos grandes sí, en cada comarca o zona para atender a ancianos, pero cada uno en su casa y Dios en la de todos. Con atención profesional o privada, con Internet y domótica. Enhorabuena, se ha enterado, por fin, de lo que nos pasa a quienes vivimos en las residencias. Y hoy en la prensa más: que en las residencias están o estamos, sí, empastillados, en mi opinión una barbaridad.
Con mucha más medicación de promedio que otros jubilados 'libres'. Así que a disminuir la polimedicación. Lamento que deban ocurrir desgracias irreparables para que esto llegue. Pero va a llegar para los que quedemos. Gracias.
PEDRO GIL PONDAL. ALGORTA (BIZKAIA)