El Periódico - Català - Dominical
La carta de la semana
Emoción de
censura. A juzgar por la delectación con que muchos internautas arrojan sus invectivas sobre quienes no convergen con su irrefutable ideario, podríamos concluir que es verdadera emoción la que estos sienten por la censura indiscriminada, la descalificación y la maledicencia. Lamentablemente, somos unos cuantos los que padecemos a alguien próximo que se ufana de su insobornable sinceridad, que va de cara y suelta verdades como puños (puñetazos, más bien), considerando el civismo, la buena educación y la urbanidad atributos añejos, propios de gente acrítica, fláccida e hipócrita. Curiosamente, su jactanciosa franqueza suele referirse a los defectos, rara vez a las virtudes. Pormenorizan el error y la mácula, siendo muy sucintos con la enumeración de los aciertos. El exabrupto prolifera en esas redes sociales que, sería deseable, fuesen también algo más sociables.
JON ARZA PÉREZ. PASAI ANTXO. GIPUZKOA