El Periódico - Català - Dominical
La bendita rutina para cuidar de tu rostro
Para poner a punto nuestro rostro tras el verano, una nueva marca de belleza aterriza en exclusiva en las tiendas Clarel. Se trata de Nesk, que ofrece cuatro gamas de productos para cubrir las distintas necesidades de la piel
El periodo estival va llegando a su fin. A las puertas del otoño, toca renovar esos hábitos que teníamos abandonados. Volver al trabajo, ir al gimnasio, cambiar la tapa y la caña por la comida saludable...
La rutina se cierne sobre nosotros, pero en ella también encontramos pequeños placeres. Meditar en calma antes de que el resto de la casa se despierte, tomar un café mientras repasas las noticias, dedicar unos minutos a cuidarte frente al espejo. Siguiendo esta filosofía de nuevos comienzos, una nueva marca aterriza en el mercado para revolucionar nuestra rutina de belleza. Se trata de Nesk, una marca española de cuidado facial, vegana y animal friendly, de venta exclusiva en Clarel.
Nesk hace fácil lo difícil. Quiere que disfrutes de los pequeños momentos y de cuidarte. Cumplir con una rutina de belleza completa a diario es vital para tener una piel sana y bonita. Por eso, la marca ha lanzado varias gamas de cuidado facial que se adaptan a las distintas necesidades de la piel. Entre ellas, la gama Ultra Effects, compuesta por varios productos antiarrugas y antioxidantes aptos para todo tipo de piel que se antoja perfecta para preparar el rostro para el otoño.
Para quienes no tienen claro qué productos de belleza utilizar para el día y la noche, Nesk se lo pone fácil: la marca ha diseñado distintas rutinas para facilitar esta tarea. Para el día, el sérum vitamina C o de ácido hialurónico, el contorno de ojos antiarrugas y su crema de día con SPF 20; para la noche, el sérum Gotas de energía, contorno de ojos concentrado de efecto tensor y una crema de noche de acción profunda que es una auténtica inyección de vitaminas mientras duermes. Rutina, bendita rutina.
restricción de calorías en la dieta y aumentar el tiempo que pasamos en ayunas, dejando pasar entre seis y ocho horas –no más– entre el desayuno y la cena. La conclusión: el momento del día en que se come es tan importante o más que la restricción de calorías.
EL SISTEMA INMUNE TAMBIÉN TIENE HORARIO
El ritmo circadiano también afecta a nuestro sistema inmune, y nuestra supervivencia tiene mucho que ver con su buen funcionamiento. Al envejecer, el sistema inmune pierde habilidad para proteger contra infecciones y las heridas cicatrizan más lentamente. Al mismo tiempo, se dispara la respuesta inflamatoria, lo que provoca daños en los tejidos. Este proceso explica la aparición de incidentes cardiovasculares, artritis, alzhéimer y párkinson…
Y este sistema inmune también funciona en ciclos de 24 horas. Los estudios con ratones han demostrado que el momento del día en que se les inyecta una toxina afecta significativamente a su mortalidad: la infección mata a cerca del 80 por ciento de los ratones que se exponen al patógeno durante su fase de reposo, de noche; solo mata al 30 por ciento de los que se exponen en su periodo activo, de día.
Las heridas también se curan más rápidamente de día. Cuando estamos despiertos, las células inmunitarias están preparadas para responder a los daños en nuestros tejidos; por la noche, en cambio, circulan por el torrente sanguíneo y recopilan información sobre las amenazas encontradas ese día.
Las vacunas contra la gripe también funcionan mejor por la mañana. Y otro experimento reciente liderado por Hogenesch en el hospital infantil de Cincinnati ha observado que el tratamiento con bajas dosis de aspirina, utilizada para prevenir ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares, funciona mejor si se administra por la noche.
A partir de estos datos, se está investigando a qué hora conviene administrar la quimioterapia para reducir los efectos secundarios. Unos estudios dirigidos por Francis Lévi, oncólogo de la Universidad de París-saclay, mostraron que la toxicidad de los medicamentos contra el cáncer –responsables de los efectos secundarios que acompañan a la quimioterapia– podía reducirse si los medicamentos se administraban a determinadas horas del día.
El problema es que son estudios con una muestra todavía pequeña como para ser concluyentes. Se necesitan grandes conjuntos de datos con miles de pacientes diversos que tomen un medicamento en distintos tramos horarios. Y eso es difícil y caro. Lo que no impide que se siga avanzando con experimentos localizados.
¿ES BUENO TENER HOSPITALES Y RESIDENCIAS CON LUZ TENUE?
Hogenesch, por ejemplo, ha diseñado la iluminación del hospital pediátrico en el que trabaja para adaptarlo al ritmo circadiano de los pacientes. Y también los horarios de la alimentación intravenosa. Es un error mantenerlo activo 24 horas, según explicó a The New York Times: puede provocar hipertensión o intolerancia a la glucosa.
El investigador asegura que los esquemas de iluminación se basan en la costumbre y la suposición, más que en la evidencia de sus efectos sobre la salud del paciente. Lo habitual en cuidados intensivos neonatales es mantener el espacio a oscuras o con luz muy tenue. Sin embargo, sus investigaciones demuestran que los bebés prematuros que reciben doce horas de luz seguidas de doce horas de oscuridad reciben el alta una media de dos semanas antes que los que están expuestos a una oscuridad constante.
Es fácil imaginar que experimentos similares revolucionen la iluminación de las residencias de ancianos. A menudo se presume que las cortinas cerradas y la oscuridad aportan tranquilidad a los ancianos y a los que padecen dolores o enfermedades, cuando en realidad la ausencia de luz suele provocar un peor estado de ánimo y alteración del sueño.
La cronomedicina quiere convencernos para que tengamos en cuenta los genes reloj a la hora de organizar nuestras rutinas y nuestros espacios cotidianos, desde hospitales hasta oficinas o colegios. Uno de sus recientes argumentos es un estudio realizado en la Universidad Técnica de Múnich, publicado en febrero de este año, que demostraba las ventajas de un horario flexible de entrada al instituto: los estudiantes podían entrar entre las 8:00 y las 8:50 de la mañana. El resultado: mejoraron las calificaciones y también el bienestar psicológico.
El momento del día en que se come es tan importante o más que la restricción de calorías. Ingerir todo el alimento del día con una diferencia de solo ocho horas entre la primera y la última comida alarga la vida