El Periódico - Català - Dominical
¿Cómo combatió Weimar la hiperinflación?
Gracias a Gustav Stresemann, la recuperación alemana siguió un ritmo tan acelerado que en 1928 Alemania ya era la segunda potencia industrial del mundo.
En los primeros nueve meses de 1923, el precio de la barra de pan en Alemania pasó de 250 marcos a 200.000 millones
La hiperinflación en Alemania alcanzó su máximo en 1923, causando estragos por la subida de precios y la caída en picado del valor del dinero. La gente iba a comprar alimentos con maletas repletas de billetes.
Si en enero de ese año una barra de pan costaba 250 marcos, nueve meses después su preció se había disparado a 200.000 millones de marcos. Era más barato quemar billetes en la estufa que usarlos para comprar carbón. En 1923, la República de Weimar estaba contra las cuerdas. A la terrible hiperinflación se añadió el fallido golpe de Estado de Adolf Hitler en Múnich, el amago de un estallido revolucionario en Hamburgo encabezado por los comunistas y los intentos de Renania de declarar su independencia.
La pérdida radical del valor del marco comenzó cuando Berlín emitió un papel moneda llamado papiermark para sufragar los gastos en armamento para ganar la Primera Guerra Mundial. Pero la emisión de esa moneda carecía del respaldo del patrón oro, lo que la dejaba sin garantía ante los mercados internacionales.
Una vez que finalizó la guerra, las sumas de dinero que el Tratado de Versalles impuso a Berlín eran tan desorbitadas que provocaron una fuerte devaluación de la moneda alemana, que pasó en noviembre de 1921 a marcar un tipo de cambio de 330 marcos por cada dólar estadounidense. Dos años después, un dólar estadounidense se cambiaba por 47.500 marcos.
Cuando todo parecía augurar un desastre económico sin paliativos, se produjo el milagro que iba a acabar con la superinflación en la República de Weimar.
En agosto de 1923, el político alemán Gustav Stresemann introdujo una nueva divisa, el rentenmark, que al estar respaldada por fábricas y tierras contribuyó a controlar la hiperinflación alemana. Tras un periodo de transición, esta moneda dio paso al reichmark como nueva moneda única de curso legal en Alemania el 30 de agosto de 1924. Ese mismo año se aceptó el Plan Dawes, que facilitó el pago de las reparaciones de guerra de una forma asumible para la economía.
A partir de entonces, Estados Unidos comenzó a invertir en el país, afianzando el papel de Berlín en el contexto internacional. El Tratado de Locarno, de 1925, aprobó la rehabilitación de Alemania y abrió un periodo de distensión que duró hasta octubre de 1929, cuando se produjo un crack bursátil que afectó a toda la economía mundial.