El Periódico - Català - Dominical

"A los 50 años debes tener ya una construcci­ón que aguante el tiro de lo que piensas"

Madrid, 1966. Soy escritor, entre otras Lorenzo Silva cosas que ya no. Publico mi novela 'La llama de Focea' (Ed. Destino), que es la decimoterc­era entrega de la serie de los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro.

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Xlsemanal. ¿Por qué se define como escritor, «entre otras cosas que ya no»? Lorenzo Silva. Porque fui abogado, editor de cuentas, gestor cultural… Cosas que he ido dejando por el camino. Al final, hay que ir ligero de equipaje... XL. ¡Y cartero de Xlsemanal! El más ilustrado y reconocido (premio Planeta, Nadal, Primavera, Ojo Crítico...).

L.S. ¡Jajaja! Cartero sigo siéndolo, sí. De ese bagaje no me he desprendid­o y tardaré en hacerlo [ríe]. Y con esos premios lo que me siento es muy estupefact­o: estudié Derecho y nunca pensé que con la literatura podía tener eco ni hueco en el espacio editorial. XL.

También es miembro honorario de la Guardia Civil y en esta novela repasa sus últimos treinta años, con el independen­tismo catalán de fondo.

L.S. Reflejo el paso del tiempo, y a algunos los años les han sentado bien y a otros mal. Lo que han hecho los independen­tistas con el tiempo es perderlo y la Guardia Civil, aprovechar­lo bien para soltar ciertos lastres y mejorar muchas cosas.

XL. En 2015 volvió de allí a Madrid, ¿por?

L.S. Viví siete años en Cataluña y conozco bastante las cuatro provincias; pero me volví por motivos familiares, no hay otra razón. Aparte, creo que lo que ha ocurrido allí ha sido un proceso de pérdida de conciencia de la realidad histórica, humana, social y económica por parte de quienes la han dirigido.

XL. ¿Baja el entusiasmo independen­tista? L.S. Voy con regularida­d allí y percibo que muchísimas personas que fueron receptivas a ciertos cantos de sirena ahora reniegan absolutame­nte de esas melodías. Hay mucha división, la última Diada es muy relevante. ¿En qué ha acabado el procés? En abuchear a Junqueras en público, un hombre que fue coherente y decidió no mentir a los suyos ni escabullir­se.

XL.

En la novela cuenta cómo cambia la imagen de la Guardia Civil.

L.S. Sí, porque fue muy querida en Cataluña en el siglo XIX; muy querida y respetada en la Segunda República (elogiada, incluso, desde ERC); y poco querida en la Restauraci­ón y el franquismo. En la democracia se restableci­ó el afecto recíproco, deteriorad­o por el procés a raíz, sobre todo, del 1 de octubre. Antes, la Guardia Civil, según el CIS catalán, gozaba de más aceptación que el propio Gobierno. XL.

La vida de un hombre, dice Bevilacqua, no tiene sentido si a partir de los 50 no puede decir qué piensa ante un superior.

L.S. Lo creo firmemente. A esa edad debes tener una construcci­ón suficiente que aguante el tiro de lo que piensas.

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