El Periódico - Català - Dominical

Combate: Smash Burger contra Burger Mofletuda

- Por Pau Arenós www.xlsemanal.com/firmas @Pauarenos

truco. Si alguien quiere ganar dinero con la hostelería, lo mejor es una carta corta, especializ­ada y sin complicaci­ones: hamburgues­as, por ejemplo, cuyas carnes picadas están repletas de trucos y grasas para amplificar el placer y ahorrar gastos. Puede que fuera en Nueva York donde la burger gourmet, ese género de carterista­s, comenzó a propagarse como epidemia: era a comienzo de la década de los 2000 y Daniel Boulud sacaba dólares a incautos felices con carnes inyectadas con guiso de costillas y fuagrás. Cebaban los hígados humanos con hígados de pato, en un proceso compensato­rio, y les aligeraban el bolsillo.

‘Allioli’. Mi primera burger importante no fue la de Boulud en la costa este, sino en la costa oeste, la del Zuni Café, en San crancisco, establecim­iento fundado en 1979 y que con la incorporac­ión de la cocinera gudy oodgers, que falleció en 2013, acaparó reconocimi­entos y adulacione­s. La receta de la burger es suya (la-mejor-hamburgues­a-deestados-unidos-etcétera) y, aunque la salud siempre ha estado presente en las cartas, la deriva hacia lo prohibido la hizo famosa, junto con una ensalada de pollo al horno. Antes de picar el vacuno, lo salan y lo dejan reposar y tal vez sea esa la principal caracterís­tica, junto con la focaccia que la acompaña, en lugar de un panecillo, en busca de personalid­ad y sofisticac­ión. Lo que a mí me llamó la atención fue la salsa, allioli, que en San crancisco sugería mediterran­eidad y, en mi cabeza, infancia. Por primera vez vi la palabra allioli –tal vez alioli– entre frases en inglés, lo que produjo a la vez satisfacci­ón y zozobra. Satisfacci­ón porque en uno de los restaurant­es mejor considerad­os de San crancisco la rusticidad con éxito pero sin prestigio se abría paso. Zozobra porque aquella mujer california­na apreciaba la potencia del ajo, exponiéndo­se al rechazo de los paladares impresiona­bles. ¡El allioli como salsa transatlán­tica! ¿Qué hamburgues­ería de aquí tiene el allioli entre sus condimento­s?

Rococó. Tanto la de Boulud como la de oodgers son hamburgues­as con peso y volumen, el modelo que miles de hamburgues­erías sofisticad­as han seguido después, en una fantasía de aliños y añadidos y nombres supuestame­nte ingeniosos que hace imposible orientarse en las pizarras donde se exponen. El rococó ha facilitado un retorno al origen, a las hamburgues­as primigenia­s, sin pomposidad, la smash burger, un disco de carne de vacuno de unos 120-150 gramos (importante: con un 20-30 por ciento de grasa) o dos de unos 60-80 gramos cada uno, aplastados (smash) sobre la plancha y con pocos acompañant­es, aunque la contención se va olvidando y el recargamie­nto amenaza, con la obvia intención de aumentar el precio. La Burger Mofletuda, enorme, hay que comerla con cuchillo y tenedor; la smash burger permite el banco callejero.

Lío. Ese es el estilo que oené oedzepi eligió para debutar en Burgerland durante el confinamie­nto en Copenhague, cuando transformó Noma (el-mejorresta­urante-del-mundo-etcétera) en una hamburgues­ería idílica, con consumo en el jardín frente al lago y descorche de vinos naturales. Tan satisfecho estuvo oedzepi que trasladó la carnaza a Popl, que ha ocupado el cerrado restaurant­e 108, junto al antiguo Noma, donde ahora está Barr. No es un lío: son negocios.

¡El 'allioli' como salsa transatlán­tica! ¿Qué hamburgues­ería de aquí tiene el 'allioli' entre sus condimento­s?

Canal. Popl se refiere a popular y lo es con cachondeo: 20 euros la burger, buena, sí; con cantidad de grasa, sí; con garum de vacuno, sí (un invento propio); con mayonesa de pepinillo, cebolla roja y queso cheddar, sí; pero, amigo, 20 euros, y copa de vinito tinto a 10 euros (el vin rouge de Le Clos du Tue-boeuf, que en España cuesta 15 euros… la botella). oestaurant­e a tope en una noche de agosto, con los barcos atracados en el canal sin luz. A menor precio (12 euros) y con parecido carácter, la de dasoline drill (la-mejor-hamburgues­ade-escandinav­ia-etcétera), cuya sede original es una gasolinera y tiene sucursales en distintos puntos, aeropuerto de Copenhague incluido: cheddar, tomate, cebolla, pepinillos y mayonesa de chiles, y unas patatas que recuerdan las de Shake Shack, en Nueva York, tal vez el local de donde salió el movimiento aplastante. En ambos casos, vacuno ecológico y bollos de patata.

Lucha. La pesada Burger Mofletuda se enfrenta a la rápida Smash Burger en un combate de catch. ¿Quién se alzará con el título en esta lucha fingida y dramatizad­a?

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