Nuevo ídolo ‘italiano’
Italia adopta al asturiano tras comprobar que es el líder de Ferrari
“Grande”, “bravissimo”, “carino”... son los tres adjetivos más repetidos entre los italianos para definir a Fernando Alonso, los tres calificativos que forman el sustento de un ídolo en Italia. Porque Alonso, que lo sepan, ha ocupado el puesto en el corazón de los italianos que han dejado los mayores ídolos transalpinos de las dos últimas décadas, “Alberto Tomba y Alessandro del Piero. Desde luego se le quiere mucho más que a Michael (Schumacher). A S- chumi se le respetaba, se le admiraba, pero a Alonso, además, se le quiere”, dice Pino Alievi, un veterano periodista de La Gazzetta dello Sport.
No hay más que mirar ayer a los miles y miles de seguidores que abarrotaron la recta de meta para aclamar a su ídolo en el podio, los centenares de pancartas de apoyo. No hace falta más que ver a Elsa Fornero, la ministra de Trabajo, felicitando al asturiano en el podio: “Eres un orgullo para nosotros”.
Puede que en Italia quieran y valoren a Alonso incluso más que España. “Bueno... aquí son más calientes, por decirlo de alguna manera pero, sobre todo, con Ferrari. Creo que harían cualquier cosa por Ferrari. Si les dices que tienen que estar tres días sin comer por cuidar un coche, ahí van a estar”, revela el asturiano.
“Esa es la pasión y lo que significa este equipo. Cuando me preguntas qué significa correr para Ferrari o por qué estás tan contento en este equipo, aquí tienes la respuesta. Haga quinto, octavo o cuarto, Ferrari es diferente”. Y así es, porque la celebración del podio ayer apenas se diferenció del de su victoria en 2010, la misma alegría y pasión, la misma invasión de la pista. Por eso, saltándose el protocolo –solo se permite hablar en inglés– les gritó en italiano: “No nos rendiremos, seguiremos luchando, muchachos”.
“En Italia estoy como en casa”, ha dicho en alguna ocasión. A los doce años le fichó un equipo transalpino de kárting. Hasta Italia se iba tantos y tantos fines de semana. “Tenemos un carácter muy parecido”, dice. Al llegar a los monoplazas con 17 años (Open Nissan) tenía mecánicos y un ingeniero (Ermanno Cuoghi, ex-Ferrari) italiano. Debutó en F-1 en un equipo italiano, Minardi, y otro italiano, Flavio Briatore, se lo llevó a Renault.