Lacoste vuelve a los 80
Su propuesta para la Semana de la Moda de NY está llena de guiños al pasado
Una muestra de las propuestas del modisto portugués Felipe de Oliveira, ayer en Nueva York, con las que Lacoste conmemorará años de vida. Lacoste cumplirá 80 años en el 2013. Y, puestos a celebrar tan redondo aniversario, la marca francesa ha creado una colección para la primavera-verano de la próxima temporada que toma el número 80 como referencia estilística. El portugués Felipe de Oliveira, director creativo de la firma, ha rebuscado en los diseños de la década de los 80 para inspirarse a la hora de crear las prendas que se vieron el sábado en la pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York. Un guiño del que salió airoso a tenor de los aplausos del público, entre los que estuvieron dos des- cendientes del fundador, René Lacoste (Michel, uno de sus hijos, y Beryl, una de sus nietas); los jugadores de baloncesto Russell Westbrook, flamante oro olímpico con la selección de Estados Unidos, y Chris Bosh, una de las figuras de los Miami Heat, y el extenista brasileño Gustavo Kuerten. VUELVE EL COCODRILO El modisto treintañero (nació en 1975) hizo su debut hace un año marcando territorio con una audaz apuesta: decidió esconder el logotipo de la firma, que apenas se vio en un par de prendas, y el polo, pieza totémica y deportiva, para dar protagonismo a pro- puestas más sofisticadas. Esta vez, ha sido menos atrevido porque la ocasión, tan especial, lo requería.
Ahora, el cocodrilo vuelve a enseñar los dientes en la ropa, casi siempre ancha; adiós a los polos ceñidos que igual marcan pectorales que michelines. Hay mucha napa, un tejido muy ochentero (igualmente destacó el uso de tejidos plásticos que no iban cosidos, sino soldados, en otro gesto que recuerda al interés histórico de la marca por crear telas tecno-deportivas). Y Oliveira, que mantiene su propia marca al margen de Lacoste, ha adornado casi todas las piezas con estampados; como es un ti- po divertido ha elegido como dibujos raquetas, bolas y pistas de tenis e incluso polos de la propia marca, que ya se han convertido en todo un icono pop. Todo un autohomenaje después de tantos años en los armarios de los deportistas de todo el mundo.
La de la próxima primavera– verano no es una colección muy colorista. Hay algún rojo eléctrico, sí, pero mandan los blancos más o menos crudos, los grises perlados, algún que otro amarillo pálido y los azules, a menudo dispuestos en grandes bloques asimétricos para sobredimensionar las piezas. Se esfuerza De Oliveira en buscar los contrastes cromáticos.