EEUU traspasa la prisión de Bagram al Gobierno de Afganistán
Bagram ya es de los afganos. Estados Unidos formalizó ayer la transferencia del control de la controvertida prisión al Gobierno de Hamid Karzai, en medio de las preocupaciones por el futuro de los sospechosos insurgentes, más de 3.000. Son muchos los que advierten del riesgo de que el sistema de justicia de Afganistán libere a algunos de ellos, al no existir pruebas que demuestren su vinculación a la guerrilla talibán o al grupo terrorista Al Qaeda. Por el contrario, los activistas de derechos humanos alertan que la transferencia de la custodia del centro de detención puede dejar a los presos en una situación de mayor vulnerabilidad. Temen que las autoridades afganas mantengan la política de detención sin juicio en Bagram y que esta práctica se extienda al resto del país, abriendo un nuevo capítulo de abusos de derechos por poderosas tribus e influyentes familias.
El Gobierno de Kabul considera la entrega un avance hacia la soberanía
Para atenuar las dudas e incertidumbres sobre el futuro de los presos del “Guantánamo de Afganistán”, Estados Unidos ha querido asegurarse un poder residual que les permita continuar capturando y procesando a sospechosos terroristas en Bagram. Así, la Administración de Barack Obama mantendrá la custodia de las más de 650 personas encarceladas desde el marzo pasado, cuando se firmó el memorando de entendimiento para el traspaso.
Pese al enfado de las autoridades afganas por el gesto estadounidense de mantener su presencia en Bagram, Kabul habla del traspaso de la prisión como un éxito y un gran avance para su soberanía. “Hoy es un día histórico y glorioso para Afganistán, donde los afganos son capaces de hacerse cargo de la prisión por ellos mismos”, expresó el ministro de Defensa en funciones Enayatullah Nazari.