“Difíciles y peliagudas”
La negociación entre la troika y Grecia sobre el recorte se ha encallado por la negativa de Atenas a tocar las pensiones y los salarios públicos
“Difíciles y peliagudas”. Así están siendo, según un alto cargo del Ministerio de Finanzas heleno, las negociaciones entre la troika y el Gobierno griego sobre los nuevos recortes que debe aplicar a cambio del nuevo tramo de ayuda financiera. En las reuniones del domingo y el lunes, los delegados de la Comisión Europea, el BCE y el FMI han manifestado su desacuerdo con el plan presentado por el Ejecutivo del conservador Andonis Samarás.
Las diferencias son notables. Las calles en Grecia han vuelto a poblarse de manifestaciones, incluidas de la policía, y los partidos del Gobierno –conservadores, socialdemócratas y centroizquierdistas– no están por la labor de aplicar recortes de pensiones y salarios públicos que añadan más leña al fuego. Máxime cuando las últimas encuestas auguran que la izquierda radical de Syriza es el partido con más apoyo y que los neonazis de Amanecer Dorado podrían ser la tercera fuerza política, pese a sus actos de violencia.
“Grecia está preparada para llevar a cabo cambios estructurales y reformas del Estado que reduzcan sus gastos, pero no asociadas con la reducción de salarios, pensiones y beneficios sociales”, explicó ayer el líder socialdemócrata Evangelos Venizelos en su reunión con la troika, a la que advirtió del “riesgo de fascistización de la sociedad”.
Por ello, el Gobierno griego presentó dentro del programa de recortes por valor de 11.600 millones una serie de medidas alternativas a los recortes más impopulares, algo que la troika no ha aceptado pues considera que, si no se llevan a cabo los despidos de 150.000 funcionarios hasta el 2015 y los recortes de pensiones y salarios públicos, no será un programa de reducción de déficit realista.
Las partes deberán seguir negociando esta semana, según el ministro de Finanzas heleno, Yannis Sturnaras: “Trataremos de convencerles de que nuestra postura es correcta”. Aunque no haya acuerdo con la troika, el Gobierno deberá presentar un programa creíble durante la reunión del Eurogrupo del viernes.