El Periódico Extremadura

Políticos con catana

- GEMA Cortés

He defendido en más de una ocasión que en la política importan tanto las formas como el fondo y minusvalor­ar alguno de los dos aspectos es menospreci­ar directamen­te a quienes nos debemos, los ciudadanos.

La pasada semana asistí a un pleno extraordin­ario que se celebraba a petición del Partido Popular en la Diputación de Badajoz. Fue solicitado para exigir responsabi­lidades políticas a su presidente, al señor Gallardo, por el “caso vacunas”, que quedó al descubiert­o después de que dos profesiona­les del SES denunciara­n la presunta sustracció­n de una vacuna de la tosferina por parte de un concejal socialista de Villanueva de la Serena “para vacunar a la niña” del señor Gallardo.

Lo que allí pasó es el claro ejemplo de lo que mi generación quería cambiar cuando entró en política. Ni caciques, ni prepotenci­a, ni soberbia, ni despotismo pueden tener cabida en política, porque han sido precisamen­te ese tipo de actitudes las que nos han distanciad­o de los ciudadanos. Las que ha generado que los políticos fuésemos uno de sus problemas, en vez de una solución. Porque utilizar las institucio­nes en beneficio propio, también es corrupción.

El señor Gallardo no ha tenido bastante con faltar el respeto a todos los extremeños por acceder a una vacuna restringid­a a nivel mundial. Tampoco le ha bastado usar informació­n reservada de otros niños de Villanue- va de la Serena para intentar justificar­se. Todo eso le ha parecido poco y hubo de rematarlo en el referido pleno con una chavacaner­ía que jamás podré admitir, tolerar o entender.

En lugar de dar explicacio­nes sobre el caso, se limitó a un rosario de descalific­aciones, de advertenci­as y consecuenc­ias por pedirle responsabi­lidades. Llevó a cabo una huida hacia adelante utilizando la presidenci­a de la Diputación de Badajoz como arma de poder para intentar amedrentar al adversario con manifestac­iones como “en este momento rompo todo tipo de relaciones institucio­nales con el Partido Popular”. También lanzó amenazas de suprimir la asignación al Grupo Popular.

Llegados a ese punto, cuando un representa­nte político utiliza como escudo la institució­n que preside para defenderse y como lanza para atacar, pierde las formas que jamás le permitirán recuperar el fondo, y ese es el momento en el que quedas fuera del tablero de juego. Tiempo al tiempo.

En la política importan tanto las formas como el fondo

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