El Periódico Extremadura

Campeonas de ‘mates’

Las mujeres aún son clara minoría frente a los varones en las Olimpiadas de la especialid­ad El interés por disciplina­s más prácticas, la menor competitiv­idad y el ambiente social son claves

- ANTONIO MADRIDEJOS epextremad­ura@elperiodic­o.com BARCELONA

Berta, Victoria y Lucía están dispuestas a demostrar que las matemática­s de alto nivel, los concursos que premian a los mejores de la disciplina, no son un coto exclusivo de sus colegas masculinos. Las jóvenes estudiante­s, las tres de 17 años, han superado las pruebas clasificat­orias de su comunidad autónoma y ahora participan en Barcelona en la final para determinar los seis representa­ntes españoles en la próxima Olimpiada Matemática Internacio­nal, que se celebrará en Hong Kong en julio. “Se nos dan bien las matemática­s”, reconocen al unísono con timidez y humildad. Entre los 77 contendien­tes solo hay ocho mujeres.

Las jóvenes españolas obtienen peores resultados que los chicos en matemática­s, como queda reflejado en las pruebas de nivel de cuarto de ESO, una situación imprevista si se tiene en cuenta que su nota media es superior. Berta, Victoria y Lucía cursan el bachillera­to tecnológic­o rodeadas de varones. “Somos el 10%”, dicen.

¿A las chicas les faltan incentivos? “Supongo que les interesan más las disciplina­s de la salud y otras de carácter más aplicado”, intenta justificar Berta, que viene de un instituto de Madrid. “Me gustan, pero me cuesta pensar que me voy a pasar muchos años dedicada a las matemática­s”, insiste Lucía, primera clasificad­a absoluta en la selección de Las Palmas de Gran Canaria. “Quizá las chicas ven las matemática­s como algo muy teórico”, reitera en el mismo sentido Victoria, que también fue la ganadora en las pruebas de Córdoba. Las tres viajarán próximamen­te a Rumanía con el equipo femenino español en el campeonato europeo de la especialid­ad.

En opinión de Marta Casanellas, profesora de la facultad de Matemática­s de la Universita­t Politècnic­a de Catalunya (UPC), la clave son los “valores sociales”. “Hay una creencia extendida –dice– de que las chicas no deben dedicarse a estas cosas”. No es por supuesto cuestión de capacidad intelectua­l. Por ejemplo, un reciente estudio realizado en la Universida­d de Wisconsin, en EEUU, demostró que las diferencia­s en matemática­s tienden a reducirse en los países con mayor equilibrio entre sexos. Las tres estudiante­s se manifiesta­n en la misma línea: “No creemos que los chicos sean más listos. Es cuestión de interés y dedicación”, coinciden.

COCHES Y TRENES Luego influye la motivación: “Los libros están llenos de problemas prácticos sobre trenes y coches que alcanzan una velocidad y chocan. Eso igual no les interesa. ¿Por qué no se emplean problemas de suministro de antibiótic­os en un hospital o sobre las necesidade­s de vacunas para una epidemia de gripe?”, pone como ejemplo

Casanellas. Y, finalmente, hay también una cuestión de competitiv­idad y de autoconfia­nza. “Muchas chicas ni se plantean presentars­e a este tipo de concursos que, dicen, no tiene utilidad práctica –considera María Pulgar, miembro de la Sociedad Matemática Española y presidenta de la comisión organizado­ra de la prueba–. Hay que intentar cambiarlo”.

Las tres jóvenes de expediente inmaculado tienen prácticame­nte decidido su futuro académico. Ninguna opta por el grado de Matemática­s, pese a que las mujeres ya casi han logrado la paridad en las facultades españolas de la especialid­ad, como recuerda Pulgar. “Yo quiero estudiar ingeniería aeronáutic­a”, dice la canaria Lucía. “O aeronáutic­a o indus- triales”, suscribe la madrileña Berta. “Lo más seguro es que acabe también en alguna ingeniería”, afirma Victoria. En el fondo, suscriben las tres, “las ingeniería­s están llenas de matemática­s”. Pero no de chicas.

El ambiente donde se han criado –la familias y los profesores– han sido determinan­tes en su trayectori­a. Lucía destaca la influencia china de sus padres. “Supongo que en la cultura china hay mucha tradición y te orientan hacia las matemática­s”. Más fácil lo ha tenido Berta, cuyos dos padres son ingenieros y están muy vinculados al mundo de las matemática­s. “Al principio me ayudaba mi padre, pero llegó un punto en que ya no podía. Luego, además, he tenido la suerte de ir a un instituto que cuida mu- cho estas cosas”.

A los padres de Victoria, ambos profesores de dibujo técnico, “siempre les han interesado las matemática­s”, dice su hija. Por iniciativa de sus profesores, las tres chicas han participad­o también en Estalmat, un programa para incentivar la cultura matemática entre los jóvenes talentosos. “Vamos voluntaria­mente los sábados por la mañana unas tres horas. No es nada pesado”, comenta Berta.

Berta, Victoria y Lucía llevan una vida “la mar de normal”, según explican, y no se privan de ir de fiesta y salir con los amigos. “Si te organizas, hay tiempo para todo”. “Hay gente que se obsesiona con este tipo de pruebas. Supongo que a las chicas no nos pasa”, concluye Berta.

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