Jerarquía contra crecimiento
Barcelona y Sevilla se disputan el título en la primera final que acoge el Wanda Metropolitano
La jerarquía del Barcelona, en busca del trigésimo título de Copa y cuarto consecutivo, y el crecimiento del Sevilla en los últimos quinquenios, con diecisiete finales en distintos torneos, se miden el sábado en una final que se estrena en el nuevo estadio del Atlético de Madrid, el Wanda Metropolitano.
Para el equipo barcelonista, será el primer título que anhela Ernesto Valverde, con el que quiere iniciar su legado en el banquillo de los azulgrana.
Si la suerte le sonríe a los barcelonistas, estos tienen a tiro un doblete, pues si ganan la final al Sevilla quedarán a un suspiro de obtener la Liga, a la que le faltan cinco partidos con el Barça en una posición claramente ventajosa. El equipo viene de un empate en Balaídos (2-2), en un encuentro que se le puso complicado por el empuje del Celta, que a pesar de tener muchas ocasiones de marcar, al final acabó igualando en una jugada ilegal, en la que Aspas marcó con el brazo.
El Barcelona llegará relativamente fresco, debido a que Valverde concedió descanso en el último choque a casi todo el equipo que se aventura como titular.
Piqué, Busquets e Iniesta ni viajaron a Vigo, y tampoco lo hizo Iván Rakitic, que se quedó recuperándose de una fractura del primer dedo de la mano izquierda que no le debería impedir estar en el Wanda Metropolitano tras recibir el alta el jueves.
Jugaron en el segundo tiempo en Balaídos Lionel Messi y Sergi Roberto, quien acabó expulsado, y cuyo castigo lo cumplirá en liga ante el Deportivo.
La final la volverá a jugar Jasper Cillessen, el meta titular en la Copa. Y solo cabe la duda de si si Valverde se atreverá con un 43-3, lo que habilitaría a Dembélé junto a Messi y Luis Suárez en punta, o bien por el 4-4-2, en el que estaría Coutinho.
Tras la alineación de Semedo, Yerri Mina, Vermaelen y Digne en Vigo, la final contra el Sevilla prevé otra retaguardia, la formada por Sergi Roberto, Piqué, Umitti y Jordi Alba.
IRREGULARIDAD SEVILLISTA / Ante ellos llega el Sevilla con unos dientes de sierra en su rendimiento y con lagunas en el juego que dejan dudas para medirse al potente rival.
Ello motivó que el pasado diciembre Eduardo Berizzo fuera sustituido en el banquillo por Vincenzo Montella, pero el italiano no ha sabido equilibrar al equipo, que llega a estas alturas de la temporada sin opciones de clasificarse ente los cuatro primeros de la Liga y seguir así el próximo curso en la Champions.
Sí se vio con el preparador napolitano al Sevilla competitivo en los torneos por eliminatorias, y en la Liga de Campeones de Europa superó en octavos al histórico Manchester United y se plantó sesenta años después en unos cuartos en los que hizo sufrir al Bayern Múnich.
En cualquier caso, contabiliza siete partidos seguidos sin ganar --cinco de liga y dos europeos-, con tres derrotas y cuatro empates en los que la tónica general fue la falta de efectividad cuando se presenta ante el marco rival.
Para esta nueva cita, el técnico italiano hizo descansar el pasado martes en el partido que disputaron en La Coruña ante el Deportivo (0-0) a una mayoría de sus jugadores titulares. Sólo cuenta con la baja del central danés Simon Kjaer, lesionado hace un par de semanas, y alineará a su once habitual.