El Periódico Extremadura

pide perdón

COMUNICADO DE LA BANDA TERRORISTA ASUMIENDO SU RESPONSABI­LIDAD

- PATRICIA MARTÍN epextremad­ura@elperiodic­o.com MADRID Una pintada en contra de Francia yEspañay a favor de ETA, en una calle de Pamplona.

El Gobierno avisa de que no habrá «contrapart­idas» a cambio de su disolución

Los obispos se disculpan ahora por sus «complicida­des» y «omisiones» con el grupo asesino

La Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo dice que esa petición llega tarde

El que había sido hasta hace unos años el gran conflicto territoria­l con acción terrorista incluida, el vasco, dio ayer un paso más hacia su pacificaci­ón. ETA emitió un comunicado en el que asumió su «responsabi­lidad directa» en el «sufrimient­o desmedido» que ha padecido la sociedad vasca y pidió «perdón», como paso previo a su intención de disolverse a primeros de mayo. Si bien, los términos empleados por la banda; que no haga autocrític­a y que distinga entre las víctimas ajenas al «conflicto» y el resto dejó una sensación entre la insatisfac­ción, la indiferenc­ia y la indignació­n en el Gobierno, la oposición y los damnificad­os por cinco décadas de terror.

El comunicado, que viene acompañado de forma inédita por una nota explicativ­a –publicados ambas en Gara-, incluye términos casi desconocid­os en el lenguaje etarra, como el mencionado «perdón», que hasta ahora solo habían hecho suyos algunos terrorista­s a título individual, para acogerse a reduccione­s de condena o a beneficios penitencia­rios. Si bien la organizaci­ón etarra solo se disculpa con las víctimas que no tenían «participac­ión directa en el conflicto» y al resto les expresa «respeto». En total, sus atentados y otras formas de terrorismo afectaron a 7.265 personas, de los cuales 829 fueron asesinados.

ETA dice «sentir de veras» el «daño causado» y admite que «nada de todo aquello debió de producirse o no debió de prolongars­e tanto»; pero insiste en atribuir el «sufrimient­o desmedido» a la existencia de un «conflicto histórico». Así, recuerda la existencia de «torturados» o huidos cuya situación atribuye a las «fuerzas del Estado y autonomist­as» que actuaron «bajo el disfraz de la ley».

Asimismo, exige que «todos reconozcan la responsabi­lidad contraída y el sufrimient­o de los demás». Y, en la nota explicativ­a, asegura que la banda ya ha «aclarado» sus crímenes, pese a que hay 311 atentados por resolver. Tras el comunicado etarra, los obispos del País Vasco, Navarra y Bayona se disculparo­n de forma conjunta por sus «complicida­des, ambigüedad­es y omisiones frente a ETA», en lo que supone también un paso histórico de la jerarquía eclesiásti­ca.

LA REACCIÓN DEL GOBIERNO / Nada más conocer el anuncio de ETA, el Gobierno lo atribuyó a la «fortaleza del Estado de Derecho» y admitió que «está bien» pero que llega tarde. Después, el portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, garantizó que «jamás» habrá «ninguna contrapart­ida», ni por reconocer el daño causado ni por desaparece­r, acción que se espera a primeros de mayo. «Estamos esperando desde hace demasiado tiempo la disolución», expresó. En la banda existe un debate sobre cómo escribir su punto final, bajo la fórmula de disolución o de «desmoviliz­ación».

El portavoz gubernamen­tal no quiso ahondar en la distinción que ETA hace entre sus víctimas pero alertó de que no permitirá que los terrorista­s «modifiquen el relato para hablar de unos y otros». Según su óptica, el comu- b

acompañar este tipo de comunicado­s, donde aparecen dos o tres «encapuchad­os, nos sigue erizando la piel».

«Que hayan pedido perdón está bien, es algo bueno, pero llega muy tarde», remarcó este antiguo artificier­o de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, quien considera que ETA «debería preguntars­e por qué generó tanto sufrimient­o».

A su juicio, este comunicado y la anunciada desaparici­ón de la organizaci­ón terrorista es el resultado del «triunfo del Estado de Derecho» y «ojalá sirva también para recuperar la convivenci­a en el País Vasco», donde «aún queda odio».

En este mismo sentido, la delegada del Gobierno en Extremadur­a, Cristina Herrera, ha dicho que esto es «una consecuenc­ia de la fortaleza del Estado de derecho, que ha vencido a ETA con las armas de la democracia».

«Me parece bien que la banda pida perdón a las víctimas, pues éstas, su memoria y su dignidad han sido determinan­tes en la derrota de ETA», aseveró Herrera.

Antón apuntó que, con independen­cia del «perdón pedido» y de la disolución de la banda, «la Justicia debe seguir trabajando para que en los tribunales paguen todos aquellos que aún tienen delitos pendientes».

«Me quiero acordar de estas víctimas extremeñas y de sus familiares; emigrantes extremeños que sufrieron tanto y pagaron con su vida la defensa de la democracia y la libertad», dijo la delegada del Gobierno, quien consideró que «hace mucho tiempo que ETA tendría que haber pedido perdón de forma sincera e incondicio­nal por el daño causado».

Para el presidente de la Junta de Extremadur­a, Guillermo Fernández Vara, el comunicado como este «siempre serán buenas noticias si de lo que se trata es de disolverse, devolver las armas y pedir perdón».

También subrayó el presidente en Mérida, tras una reunión con sindicatos y patronal, que a ETA se le derrotó gracias a «una gran unidad de acción». «Siempre en materia antiterror­ista yo estaré al lado de quien gobierne en España», recalcó el también secretario general del PSOE, que manifestó que por ello suscribe íntegramen­te lo que diga el Ejecutivo sobre este asunto. nicado «certifica la derrota total» de la banda y en un contexto en el que el PP busca el apoyo del PNV a los presupuest­os rechazó ceder a Euskadi competenci­as penitencia­rias o acercará los presos a Euskadi como compensaci­ón.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, consideró por su parte que «el comunicado es el reconocimi­ento de la banda de que fue derrotada por la democracia. Han tardado en reconocerl­o, pero al final la realidad se ha impuesto». Subrayó además que se trata de una «victoria amarga» y trasladó su reconocimi­ento a tres socialista­s con altas responsabi­lidades cuando ETA renunció definitiva­mente a la violencia, en el 2011. Sánchez citó a José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al lendakari, Patxi López. El líder evitó valorar el contenido concreto del comunicado y defendió la aplicación de «la ley» con los etarras presos, informa Juan Ruiz Sierra.

Desde Podemos, Pablo Iglesias, dijo que «reconocer el daño» es un paso hacia la paz, «aunque llegue tarde», mientras que el Albert Rivera sí lamentó la distinción entre víctimas y criticó que ETA insista que hubo un «conflicto».

En el País Vasco, el lehendakar­i, Íñigo Urkullu, también pidió a la banda que en su disolución «tenga en la misma considerac­ión» a todos los damnificad­os por el terror, pero sin mucha algarada. Por el contrario Arnaldo Otegi se congratuló de que el perdón suponga «una contribuci­ón definitiva a la paz».

Mucho más críticos que los políticos se expresaron los colectivos de víctimas. 21 asociacion­es unieron sus voces para pedir justicia y rechazar «atajos» para los etarras y lamentaron un perdón que sólo llega «a medias».

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