pide perdón
COMUNICADO DE LA BANDA TERRORISTA ASUMIENDO SU RESPONSABILIDAD
El Gobierno avisa de que no habrá «contrapartidas» a cambio de su disolución
Los obispos se disculpan ahora por sus «complicidades» y «omisiones» con el grupo asesino
La Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo dice que esa petición llega tarde
El que había sido hasta hace unos años el gran conflicto territorial con acción terrorista incluida, el vasco, dio ayer un paso más hacia su pacificación. ETA emitió un comunicado en el que asumió su «responsabilidad directa» en el «sufrimiento desmedido» que ha padecido la sociedad vasca y pidió «perdón», como paso previo a su intención de disolverse a primeros de mayo. Si bien, los términos empleados por la banda; que no haga autocrítica y que distinga entre las víctimas ajenas al «conflicto» y el resto dejó una sensación entre la insatisfacción, la indiferencia y la indignación en el Gobierno, la oposición y los damnificados por cinco décadas de terror.
El comunicado, que viene acompañado de forma inédita por una nota explicativa –publicados ambas en Gara-, incluye términos casi desconocidos en el lenguaje etarra, como el mencionado «perdón», que hasta ahora solo habían hecho suyos algunos terroristas a título individual, para acogerse a reducciones de condena o a beneficios penitenciarios. Si bien la organización etarra solo se disculpa con las víctimas que no tenían «participación directa en el conflicto» y al resto les expresa «respeto». En total, sus atentados y otras formas de terrorismo afectaron a 7.265 personas, de los cuales 829 fueron asesinados.
ETA dice «sentir de veras» el «daño causado» y admite que «nada de todo aquello debió de producirse o no debió de prolongarse tanto»; pero insiste en atribuir el «sufrimiento desmedido» a la existencia de un «conflicto histórico». Así, recuerda la existencia de «torturados» o huidos cuya situación atribuye a las «fuerzas del Estado y autonomistas» que actuaron «bajo el disfraz de la ley».
Asimismo, exige que «todos reconozcan la responsabilidad contraída y el sufrimiento de los demás». Y, en la nota explicativa, asegura que la banda ya ha «aclarado» sus crímenes, pese a que hay 311 atentados por resolver. Tras el comunicado etarra, los obispos del País Vasco, Navarra y Bayona se disculparon de forma conjunta por sus «complicidades, ambigüedades y omisiones frente a ETA», en lo que supone también un paso histórico de la jerarquía eclesiástica.
LA REACCIÓN DEL GOBIERNO / Nada más conocer el anuncio de ETA, el Gobierno lo atribuyó a la «fortaleza del Estado de Derecho» y admitió que «está bien» pero que llega tarde. Después, el portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, garantizó que «jamás» habrá «ninguna contrapartida», ni por reconocer el daño causado ni por desaparecer, acción que se espera a primeros de mayo. «Estamos esperando desde hace demasiado tiempo la disolución», expresó. En la banda existe un debate sobre cómo escribir su punto final, bajo la fórmula de disolución o de «desmovilización».
El portavoz gubernamental no quiso ahondar en la distinción que ETA hace entre sus víctimas pero alertó de que no permitirá que los terroristas «modifiquen el relato para hablar de unos y otros». Según su óptica, el comu- b
acompañar este tipo de comunicados, donde aparecen dos o tres «encapuchados, nos sigue erizando la piel».
«Que hayan pedido perdón está bien, es algo bueno, pero llega muy tarde», remarcó este antiguo artificiero de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, quien considera que ETA «debería preguntarse por qué generó tanto sufrimiento».
A su juicio, este comunicado y la anunciada desaparición de la organización terrorista es el resultado del «triunfo del Estado de Derecho» y «ojalá sirva también para recuperar la convivencia en el País Vasco», donde «aún queda odio».
En este mismo sentido, la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera, ha dicho que esto es «una consecuencia de la fortaleza del Estado de derecho, que ha vencido a ETA con las armas de la democracia».
«Me parece bien que la banda pida perdón a las víctimas, pues éstas, su memoria y su dignidad han sido determinantes en la derrota de ETA», aseveró Herrera.
Antón apuntó que, con independencia del «perdón pedido» y de la disolución de la banda, «la Justicia debe seguir trabajando para que en los tribunales paguen todos aquellos que aún tienen delitos pendientes».
«Me quiero acordar de estas víctimas extremeñas y de sus familiares; emigrantes extremeños que sufrieron tanto y pagaron con su vida la defensa de la democracia y la libertad», dijo la delegada del Gobierno, quien consideró que «hace mucho tiempo que ETA tendría que haber pedido perdón de forma sincera e incondicional por el daño causado».
Para el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el comunicado como este «siempre serán buenas noticias si de lo que se trata es de disolverse, devolver las armas y pedir perdón».
También subrayó el presidente en Mérida, tras una reunión con sindicatos y patronal, que a ETA se le derrotó gracias a «una gran unidad de acción». «Siempre en materia antiterrorista yo estaré al lado de quien gobierne en España», recalcó el también secretario general del PSOE, que manifestó que por ello suscribe íntegramente lo que diga el Ejecutivo sobre este asunto. nicado «certifica la derrota total» de la banda y en un contexto en el que el PP busca el apoyo del PNV a los presupuestos rechazó ceder a Euskadi competencias penitenciarias o acercará los presos a Euskadi como compensación.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, consideró por su parte que «el comunicado es el reconocimiento de la banda de que fue derrotada por la democracia. Han tardado en reconocerlo, pero al final la realidad se ha impuesto». Subrayó además que se trata de una «victoria amarga» y trasladó su reconocimiento a tres socialistas con altas responsabilidades cuando ETA renunció definitivamente a la violencia, en el 2011. Sánchez citó a José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al lendakari, Patxi López. El líder evitó valorar el contenido concreto del comunicado y defendió la aplicación de «la ley» con los etarras presos, informa Juan Ruiz Sierra.
Desde Podemos, Pablo Iglesias, dijo que «reconocer el daño» es un paso hacia la paz, «aunque llegue tarde», mientras que el Albert Rivera sí lamentó la distinción entre víctimas y criticó que ETA insista que hubo un «conflicto».
En el País Vasco, el lehendakari, Íñigo Urkullu, también pidió a la banda que en su disolución «tenga en la misma consideración» a todos los damnificados por el terror, pero sin mucha algarada. Por el contrario Arnaldo Otegi se congratuló de que el perdón suponga «una contribución definitiva a la paz».
Mucho más críticos que los políticos se expresaron los colectivos de víctimas. 21 asociaciones unieron sus voces para pedir justicia y rechazar «atajos» para los etarras y lamentaron un perdón que sólo llega «a medias».