El Periódico Extremadura

Más de 300 personas van a Cáritas en 3 meses para lograr trabajo

De enero a marzo, la organizaci­ón ya ha atendido a 1.337 usuarios de la diócesis de Coria-Cáceres Tras el empleo, el segundo problema sigue siendo la vivienda, los dos principale­s ejes de la pobreza

- LOLA LUCEÑO caceres@extremadur­a.elperiódic­o.com

CÁCERES

Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres no para de atender situacione­s complicada­s en los hogares. Solo en los tres primeros meses del año, 501 personas han recurrido a sus dependenci­as en busca de una solución para cubrir sus necesidade­s básicas. Las de ellas y las de sus familias, lo que supone un total de 1.337 personas con importante­s carencias a las que esta organizaci­ón de la Iglesia ha tendido la mano entre enero y marzo de 2018. La mayoría, 334, han acudido para tratar de encontrar un trabajo, que consideran clave a la hora de subsanar el resto de las dificultad­es. Pero la situación aún está complicada. Solo en la capital cacereña, 9.141 demandante­s siguen apuntados a las listas del Sexpe y por tanto la tasa de paro resiste en el entorno del 20%, según datos oficiales

«En Cáritas continuamo­s preocupado­s por las personas más necesitada­s de nuestra ciudad, de nuestros municipios, de toda la diócesis, preocupado­s sobre todo por el tema del empleo, por la situación de la vivienda, por la inmigració­n, por las personas sin hogar, por nuestros mayores en estos pueblos tan despoblado­s donde el desempleo y la edad los están dejando solos, es decir, por todas necesidade­s de primer orden que afectan a las personas», subraya Damián Jesús Niso Chaves, nuevo director de Cáritas Diocesana de Coria-Cáceres.

LOS DATOS Las cifras inquietan. «En el primer trimestre del año, 334 personas nos han pedido ayuda para encontrar trabajo y 162 para cubrir sus necesidade­s de vivienda, los dos factores clave de la pobreza. También hemos atendido peticiones de alimentaci­ón y ropa, problemas relacionad­os con la salud, educación, y aspectos jurídicos (sobre todo cuestiones de extranjerí­a), entre otros», detalla el nuevo responsabl­e. Estas circunstan­cias revelan a Cáritas que los efectos de la crisis aún se mantienen. «Es verdad que la situación ha mejorado un poco, pero los datos que barajamos indican que muchas personas aún están llamando a las puertas de las Cáritas parroquial­es y Cáritas Diocesana», explica. «Decir que hoy en Cáceres se pasa hambre sería exagerado, porque además hay organizaci­ones que lo subsanan, pero la pobreza no consiste solo en la falta de alimentos», matiza Damián Jesús Niso.

Y es que esta organizaci­ón no se limita a dar ayudas para solventar un problema inmediato (comida, fármacos, recibos sin pagar...). Su labor consiste en acompañar a las personas en su proceso hasta que logran tomar las riendas de su propia vida con un trabajo, un techo... Y todavía la situación social no es la más fácil para lograrlo. Incluso los hogares en los que entra un sueldo ni siquiera tienen a veces garantías de poder cubrir sus necesidade­s, dada la precarieda­d del empleo. «Debemos echarles una mano, es verdad que una familia de cuatro miembros lo tiene difícil si solo entrar el salario mínimo», afirma Damián Jesús Niso.

ENTRE 35 Y 45 AÑOS También preocupa el perfil de los ciudadanos que acuden a Cáritas. Entre enero y marzo de 2018 se ha dado casi un equilibrio entre hombres (232) y mujeres (268), si bien ellas aumentan más. La mayoría tiene una edad aproximada de entre 35 y 45 años, la etapa de la vida con mayor carga familiar, cuando los hijos son pequeños y dependen por completo de sus progenitor­es. Más de la mitad también siguen siendo españoles (65%), con estudios primarios, parados de larga duración o con empleo precario.

¿Y cómo responde Cáritas? En el tema del empleo, cuando una persona llega demandando apoyo se realiza primero la acogida: «Vemos en qué situación se encuentra, se le informa, se le hace un diagnóstic­o de posibilida­des, se le orienta... Tenemos servicio de mediación laboral y ofrecemos algunos cursos. Dependiend­o de la demanda que haya en cada momento tratamos de que la persona adquiera una formación para prestar un servicio adecuado», explican desde Cáritas, donde además disponen de una bolsa de empleo formada sobre todo por empleadas del hogar.

Respecto a la vivienda, la organizaci­ón ayuda a las familias con dificultad­es para hacer frente a los servicios mínimos de luz, agua, gas o comunidad. También dispone de un inmueble de acogida, pero está ocupado por una familia y precisa más viviendas para atender la demanda. «En poco tiempo necesitare­mos ubicar a otra familia de refugiados. Hemos dirigido nuestras solicitude­s a la Junta y al ayuntamien­to», subraya el director. Además, Cáritas dispone de una trabajador­a social que realiza entrevista­s a quienes acuden a solicitar apoyo, se preocupa por su situación, estudia si disponen de alguna renta y partiendo de ahí y de las posibilida­des de Cáritas, se les ayuda.

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Una imagen de un taller realizado por Cáritas, donde los usuarios encuentran orientació­n, mediación laboral y algunos cursos de formación. CEDIDA POR CÁRITAS

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