Queremos respeto
Andar deprisa y repudiar los tacones y los vestidos son medidas por las que cada vez más mujeres optamos. Y así todos los días, deseando no escuchar más ofensas. A muchas de nosotras nos han llamado ‘guapa’ por la calle y nos han chillado como si fuéramos perros. Es muy triste saber que no importa lo denigrante o injurioso que sea para las mujeres escuchar todo tipo de expresiones vulgares si todavía hay gente que sigue pensando que son un halago.
Tanto las mujeres jóvenes como las mayores tenemos el mismo derecho que cualquier otro de ir por la calle sin tener que estar incómodos. Pendientes de que un hombre nos halague y opine incluso de nuestro propio cuerpo, sin que nadie le haya pedido opinión. Se denomina acoso de calle y tendría que ser motivo de denuncia. Así que me gustaría dejar claro un mensaje: Hombres, no queremos que nos halaguéis, queremos que nos respetéis. Vuestra opinión no nos interesa. la regulación atmosférica, por la cual se mantiene la calidad del aire y prevención de enfermedades; la disponibilidad hídrica, ya que la cobertura vegetal promueve el ciclo hidrológico y permite el filtrado y retención de agua; la sujeción y formación de suelo fértil para la producción de alimentos vinculada al ciclo de nutrientes; y la polinización y el control biológico de plagas, entre otras.
Sin embargo, y pensando en Cáceres, ¿quién nos garantizará la continuidad de estos procesos si se establece una mina a cielo abierto que acabará con el entorno natural? ¿Quién nos devolverá a la ciudadanía estas necesidades vitales de las que disfruta gratuitamente gracias a nuestro entorno natural una vez empiece la explotación? ¿Las empresas extractivas mineras están contemplando los costes relacionados con la pérdida de estos elementos vitales para la salud?
¿Alguien va a responder a esta pérdida de biodiversidad que es soporte de unos procesos que nos confieren como ciudad la capacidad de responder mejor ante posibles procesos naturales adversos? ¿Qué ocurriría si perdemos las funciones estéticas que abren oportunidades para el desarrollo cognitivo, las funciones recreativas, artísticas, educativas, culturales y religiosas? ¿Vamos a entregar tanto a cambio de tan poco? Son nuestros bienes comunes, los bienes de Cáceres. ¿Quién decide poder cederlos y a qué precio ambiental?
Si mantenemos la Montaña, estaremos aumentando nuestro capital natural y unos servicios ecosistémicos que nos aportan salud pública, ambiental y que es una fuente fundamental en la economía