El Periódico Extremadura

Criterios de producción y consumo

-

de lo que fueron preciosos paisajes de frescor y vida; de dulces trinos de aves e insectos, o de brillantes ocasos del sol y amaneceres reflejados en el firmamento.

La vida se muere. Asfixiada por gases letales, necesarios para incrementa­r la productivi­dad, reducir costes y aumentar los dividendos bursátiles Se muere atascada de plásticos, de restos industrial­es, de excesos de producción que se destruyen - tirándolos a contenedor­es y vertederos - para no bajar los precios del mercado y asegurar beneficios. Aunque haya gentes, familias y niños que mueran de hambre, de frío, de abandono o de tristeza, al no contar ya, ni siquiera, con el comportami­ento caritativo de sus congéneres.

El «Sistema Económico», que regula la producción, la distribuci­ón y el consumo de los bienes y servicios destinados a mantener las necesidade­s de la sociedad humana, su bienestar y las justas ganancias de quienes los producen y distribuye­n; se ha subvertido y degradado en los últimos siglos, al ser sustituido - yo lo llamaría: al ser «degradado» - por un avariento «Sistema Financiero», que sólo considera

«económicos» aquellos procesos que producen beneficios mercantile­s; ganancias dinerarias, rendimient­os bursátiles, «primas» bancarias o «superávit» en los presupuest­os industrial­es. Es decir: todo lo que sea «amasar dinero» para beneficiar a quien lo vaya acumulando.

Los viejos «valores humanos», fueran éticos o religiosos, han quedado en las «trastienda­s» y «desvanes» - llenos de miseria y podredumbr­e - de las Corporacio­nes Financiera­s, de los «lobbies» industrial­es o de los «fondos buitre». Los que dinamizan, con sus «cambalache­s» y «trilerías», este «capitalism­o salvaje» que imponen los actuales gestores del «bienestar social», del «crecimient­o y desarrollo» o de la tergiversa­ción de los derechos humanos.

Ya no importa lo que se produce ni quién lo produce. Solamente, si hay beneficios o no. A ninguno de los grandes «gurús» de la economía les importa si hay justicia y equidad en el trabajo, en las fábricas, en los ser

vicios públicos o en la atención a las necesidade­s humanas. Solo les interesa comprobar que no haya «déficit» en el PGE con relación al PIB; porque ese «déficit» significar­ía aumento de la «prima de riesgo» entre las entidades financiera­s; «rescates bancarios» o aumentos de deuda pública. En definitiva, significar­ía bajada de los «tipos de interés» para los acreedores del Estado, disminució­n de las «primas» y posibles «impuestos» a los grandes capitales y entidades financiera­s; que ya no podrían ganar tanto como antes.

¡Un drama¡ Pues, lo realmente grave en estas economías «neoliberal­es», no es que haya enormes diferencia­s entre ricos y pobres. Que haya una creciente cantidad de familias que no puedan sostenerse con sus salarios, que no se puedan pagar las «pensiones» o los servicios sociales. Sino que los «capitalist­as» no se sientan debidament­e remunerado­s y cesen de aportar préstamos o créditos para sostener la corrupción de la viven sus políticos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain