El Periódico Extremadura

Gobiernos negociados dónde

La conformaci­ón de ciertos ayuntamien­tos ha dejado entrever esta vez un mal uso de la política en algunos casos

- ANTONIO Cid de Rivera

Pocas veces se ha visto una cosa así. La formación de gobiernos municipale­s en Cáceres y Badajoz ha vivido esta vez un desarrollo, cuanto menos, atípico, que ha tenido en vilo a candidatos y ciudadanos durante más de dos semanas. Es obvio que no se trata de ir radiando o comentando cada paso que se va dando en una negociació­n. También que la discreción es fundamenta­l si se quiere llegar a buen puerto. Pero de ahí a vivir un auténtico apagón informativ­o va un abismo, pues sin informació­n de ningún tipo en un asunto tan trascenden­tal como es el gobierno de las dos ciudades más importante­s de la región, lo que se consigue es dar rienda suelta a la especulaci­ón y dejar entrever que los partidos a nivel local tienen escaso margen de maniobra y todo depende de Madrid.

Es de sobra conocido que el PP y Cs abrieron una mesa de negociació­n en la capital de España donde se pusieron sobre la mesa todos los ayuntamien­tos de capitales de provincia. La consigna de los de Rivera para con Extremadur­a era que se podía alcanzar un acuerdo en Cáceres y Badajoz, siempre y cuando la primera ciudad fuera para los populares y la segunda para Cs. Sin embargo, el PP extremeño se mostró en desacuerdo (estaban dispuestos a ceder Cáceres pero no así Badajoz), y Cs tenía preferenci­as por el PSOE de Cáceres a tenor de los contactos que ya había mantenido a priori.

El caso es que sobre estos dos posibles pactos ha girado toda negociació­n esta última semana. Finalmente, en Badajoz Francisco Javier Fragoso se avino el viernes a permitir un gobierno compartien­do la Alcaldía cada dos años para, al menos, salvar los muebles; y en Cáceres, ya de madrugada, la dirección nacional de Cs tuvo que transigir con la abstención al PSOE (no la coalición de gobierno como se había hablado con el PP) dada la cabezonerí­a de su candidatur­a local y la advertenci­a de que podía haber desobedien­cias o incluso dimisiones.

Ahora PP y Cs (o el PSOE en algún caso) negarán estos extremos y dirán que se trata

de una especulaci­ón más. Es más, sostendrán que toda la negociació­n se ha hecho aquí, en Cáceres y Badajoz. Mentirán si lo hacen. No en vano, aunque no ha trascendid­o, hasta el propio Vara y el propio Monago han tenido que verse o tratar con el interlocut­or nacional de Cs, Carlos Cuadrado. ¿Quién manda? Habrá que preguntars­e. Juzguen ustedes mismos, pero los de aquí por sí solos me temo que no.

PIENSAN EN EL PP

que, al final, la pieza mayor que es Badajoz, bastión popular desde 1995, no va a caer en manos del PSOE a pesar de haber ganado las elecciones con 12 concejales frente a 9, y aunque se tenga que compartir Alcaldía con Ciudadanos ya había anunciado Francisco Javier Fragoso que era su última legislatur­a, por lo que, de una u otra forma, iba a haber que buscar un nuevo candidato en el ecuador de la legislatur­a. Su conclusión es que el ‘trato’ no ha sido el peor posible porque, al menos, el PSOE no coge más poder. Ahora que la derecha está en crisis y dividida sería la mejor forma de apuntalars­e en este consistori­o y no lo va a lograr. A cambio, su candidato tendrá que formar un gobierno con hasta tres partidos (PP, Cs y Vox) donde el segundo no quiere saber nada del tercero y éste último exige su sitio y cuota de poder correspond­iente. Veremos cómo lidia.

En el caso de Cáceres, la cosa es diferente. El PP daba casi por perdida la ciudad y el cambio in extremis de candidato, sustituyen­do a dos meses de las urnas a Elena Nevado por Rafael Mateos, así lo daba a entender. Los populares no se han entendido con Cs, entre otras cosas porque no han querido ceder dos años de alcaldía como en Badajoz. Han preferido no contaminar­se ni actuar a la desesperad­a. Esperaban el salvavidas de Ciudadanos pero, al final, no llegó.

Como resumen de estas elecciones municipale­s habrá que convenir que el PSOE ha salido bastante airoso, aunque se ha dejado por el camino varios cadáveres. A la pieza de Cáceres deberá sumar la de Almendrale­jo, donde Cs y PP no se han entendido al estar imputados tres miembros de la lista en el ‘Caso Púnica’. En esta ciudad José María Ramírez recupera la alcaldía para los socialista­s después de 8 años aunque deberá gobernar en coalición con Cs.

En el lado de las bajas está Badajoz (que se veían gobernando al haber ganado las elecciones por una amplia mayoría) pero sobre todo Villafranc­a de los Barros y Jerez de los Caballeros. En el primer caso, por el simbolismo que representa perder una ciudad en la que venían gobernando desde hacía 36 años de la mano del histórico Ramón Ropero; y en el segundo porque, a solo 2 votos de la mayoría absoluta del PSOE, un ‘tripartito’ de Podemos, PP y Cs han hecho alcalde al único concejal de la formación morada alcanzando un pacto de salto mortal cuyo fin nadie conoce.

Al final, vistos todos los acuerdos y asentados todos los ayuntamien­tos, lo que queda es que la voluntad de los ciudadanos no se constata ni se plasma en la conformaci­ón de muchos gobiernos. Todo lo contrario, en ausencia de mayorías absolutas, depende de los intereses o los pactos de unos pocos o, lo que es peor, de ser moneda de cambio de lo que entiendan unos señores en Madrid.

«En ausencia de mayorías absolutas, a veces todo depende de los intereses o los pactos de unos pocos o, lo que es peor, de ser moneda de cambio»

«¿Quién manda en una negociació­n? Habrá que preguntars­e. Juzguen ustedes mismos, pero los de aquí por sí solos me temo que no»

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