La UE frena durante un año el plan de conservación del lince
Deja sin presupuesto por primera vez en 17 años el proyecto de recuperación del felino El programa, que Bruselas revisa ahora «con lupa», se mantendrá con fondos locales Europa considera que la inercia de los logros ya alcanzados
SEVILLA
Es el proyecto estrella del conservacionismo europeo, reconocido con múltiples premios y emblema del medio ambiente en Andalucía. Pero en la cumbre de su éxito, los planes de recuperación del lince ibérico se han encontrado con un pequeño freno: por primera vez en 17 años la Unión Europea no ha validado la cuarta fase del proyecto Life Iberlince para la conservación y propagación del felino. Las administraciones implicadas en el proyecto, desde las autonómicas de Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha hasta las estatales de España y Portugal, han garantizado que mantendrán los fondos propios –de menor cuantía– para el plan en este 2019, y preparan ya el dosier para la convocatoria de fondos del próximo ejercicio con la esperanza de que este año en blanco no paralice la inercia de un proyecto que ha logrado superar el «peligro crítico de extinción» de una especie que aspira a ser «vulnerable» o «casi amenazada» en pocos años.
El Gobierno andaluz desveló la pasada semana que Bruselas había tumbado el proyecto, estima
do en 27 millones de euros, por «poco realista», cargando la responsabilidad en el anterior ejecutivo socialista al haber presentado una propuesta que la nueva Administración, en manos del PP y Cs, considera «excesiva» en cuanto a presupuesto. Una afirmación que científicos y asociaciones ecologistas implicadas en el proyecto, como WWF, matizan. La UE, que suele aportar entre el 40% y el 60%, ha valorado positivamente y considera «razonables» los nuevos objetivos, pero pide ajustar el coste a las acciones planteadas.
«Lo que ha ocurrido se puede entender, es el cuarto proyecto Life consecutivo que se pide, y es normal que pusieran la lupa –concede Luis Suárez, res- ponsable del programa de especies de WWF–. El listón lo hemos puesto muy alto porque la situación ya no es tan crítica». Y hay otras especies con más urgencia para concurrir al programa Life, el sistema de planes de conservación de la naturaleza de la UE. Con 70 millones, Iberlince ha sido el mejor financiado este tiempo. Por eso, los 23 socios del proyecto –entre administraciones públicas, asociaciones ecologistas y partners privados– mantendrán el espíritu en el nuevo dosier que hay que plantear ya, antes del próximo miércoles, para la próxima convocatoria, pero «con el esfuerzo de homogeneizar» partidas que ahora recaen en distintas administraciones y entidades, con el riesgo de duplicidades que eso supone. Suárez no descarta tener que replantear algunas medidas ya que, explica, los fondos Life no se destinan a acciones recurrentes «sino a aquellas con valor añadido». Algo cada vez más complicado en un proyecto que ha tenido un avance espectacular.
Las primeras acciones para salvar al lince ibérico surgieron a finales de los 90, cuando los censos detectaron que apenas quedaban un centenar de animales en el sur de España, recluidos en la zona de Doñana (Huelva) y Sierra Morena, y la Junta de Andalucía invirtió tres millones de euros para esas primeras labores de diagnóstico y conocimiento de la especie. Bruselas respaldó la iniciativa con el primer proyecto Iberlince (2002-2006): nueve millones destinados a estabilizar esa pobla
La carretera supone el 60% de las muertes de este animal. El último informe de Iberlince incide en la urgencia de habilitar pasos de fauna en esas carreteras, pero también en las «medidas preventivas relacionadas con el mantenimiento de los márgenes y los vallados, drenajes y radares de tramo que no solo evitarán atropellos sino que contribuirán a una mayor seguridad vial».