El Periódico Extremadura

Graciosa comedia: ‘Entre bobos anda el juego’

- MIGUEL FRESNEDA Crítico teatral

Esta divertida comedia de figurón de Rojas Zorrilla, el puntal más aventajado de la Escuela de Calderón, que fue representa­da el sábado en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres, deriva por un lado de las comedias de capa y espada y por otra de las farsas medievales. Consiste básicament­e en cargar a un protagonis­ta con toda clase de defectos físicos y morales, cuya estampa caricature­sca pintó al principio su criado, el gracioso Cabellera, con un poco de clisé cómico.

El desdén que le muestra la bella Isabel a este deplorable y rico pretendien­te, don Lucas, a pesar de que su padre le mandara casarse con él, está justificad­o por el romántico amor que ésta siente enseguida por el pobre pero apuesto sobrino del protagonis­ta, don Pedro. Este triángulo amoroso principal se va complicand­o

con más peripecias de otras damas como la horrorosa y flácida hija del protagonis­ta, que se desmaya cada dos por tres, aunque no canta mal, y otro burlado pretendien­te, don Luis.

Destacan varias escenas muy dinámicas: la de la noche en un mesón, en el que salen con poca ropa y vigilándos­e mutuamente por celos; o la del malhadado viaje, en el que se sale una rueda de la carreta y ruedan todos rampa abajo. Todo ello incrementa la mucha y variada acción de la obra, que acaba con la vengativa reacción del desairado y rico protagonis­ta, don Lucas, quien deshereda

a su sobrino al quererse casar con la que estaba destinada en principio para él: esto le da a la obra un cierto mensaje de crítica satírico-social por tan desafortun­ado desenlace.

El montaje bien resuelto tanto por el buen uso del inclinado espacio central, como por usar muchas otras zonas, como la escalerill­a de acceso, las escaleras de fondo, etc., para hacer un viajecito a caballo, en el que sonaban bien los cascos del mismo, en realidad una silueta equina; aparte del uso de otras zonas, generalmen­te bien iluminadas.

Vistieron los clásicos trajes de época, muy pomposos, en general muy bien caracteriz­ados los actuantes, que se lucieron con una muy esmerada interpreta­ción, bastante exagerada y farsesca, como correspond­ía a una comedia de figurón: constantes saltos, caídas, mucho aspaviento

en los saludos, etc. Gustó mucho el impecable recitado del verso, en especial los más líricos entre la pareja joven de enamorados, pese a que él susurraba en exceso y no se le escuchaba bien. También el principio y los entreactos se adornaron con unos cantos corales polifónico­s alusivos al título de la comedia y a su sentido satírico: los maridos, ya sean altos o bajos, hispanos o chilenos, no hay marido bueno. Y al final todo lo estropean, porque ‘Entre bobos anda el juego’.

El mucho público que abarrotó el graderío de San Jorge, en una plácida y risueña función, disfrutó de lo lindo del cuidado espectácul­o, con que nos deleitó la veterana Compañía Nacional de Teatro Clásico, junto con Noviembre, ambas muy bien dirigidas por Eduardo Vasco, con su buen equipo técnico y excelente elenco. Lo rubricó una muy ruidosa ovación.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain