El modelo portugués
Se declara Sánchez envidioso de la izquierda lusa que ha tardado veinticuatro horas en ponerse de acuerdo, mientras en España persiste el bloqueo. Sin duda el socialista español admira a Costa, su referente portugués, ese pactista nato capaz de entenderse con comunistas, ecologistas y ahora animalistas, y lograr lo que se ha llamado el milagro portugués.
Una desconoce los entresijos de la política portuguesa, aunque ha leído que ese denominado milagro ha sido a fuerza de una reforma laboral pactada con la derecha y de un exitoso programa de estabilidad y saneamiento de las cuentas públicas, además de una carga fiscal del 35%, un aumento de los alquileres, salarios por debajo de la media europea y encarecimiento de la vida cotidiana en general. Mal parece esa «austeridad de la sonrisa» compadecerse con la intención expuesta por Sánchez en momento y situación claramente electoral de subir las pensiones y reducir las peonadas. Porque aquí nadie quiere volver a oír hablar de ajustes, pérdida de poder adquisitivo, despidos y toda aquella pesadilla no tan lejana que negó empecinadamente Zapatero antes de pegar el tijeretazo que le costó la presidencia. Ahora, turbulencias internacionales y coyunturas inestables parecen volver a cernirse sobre nosotros y, muchos, aunque oímos a Calviño decir que estamos fuertes, nos lo creemos lo justo. Y volvemos a temblar cuando se nos anuncia ese uso interesado del dinero público, sin plan ni orden ni garantías de que la bolsa no esté flaca para el futuro.
Y aunque no me imagino al hipotenso Sánchez estallar con rabia y violencia contra un anciano, como Costa en los últimos días de campaña, lo cierto es que el portugués se ha situado muy cercano a la mayoría absoluta y gobernará sin problemas, cosa que está por ver aquí.
Mas cuando Sánchez se fija en la vía portuguesa está obviando que en Portugal no hay nacionalistas. Que no es la izquierda lusa lo que debe envidiar, sino ese país hermoso y unido que no tiene ese buitre dentro que lleva años devorándole las entrañas fiero a fuerza de chantaje y victimismo. * Profesora