La región gana 50.000 hectáreas de regadío
Supone un 20% más en ocho años. Aumentan sobre todo vid y olivar, mientras que cultivos como el arroz o el maíz caen significativamente
Extremadura ha ganado cerca de 50.000 hectáreas de regadío entre el 2010 y el 2018. En concreto, de acuerdo a los datos facilitados por el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (Ctaex) —elaborados a partir de información del Ministerio de Agricultura—, estos cultivos han pasado de suponer 235.451 hectáreas a 282.622, lo que representa un incremento de 47.171 hectáreas (un 20%). El objetivo de conseguir una mayor profesionalización del sector y la búsqueda de unas mejores productividades que permitan la viabilidad de las explotaciones son los factores que han animado a muchos agricultores a invertir y que están detrás de este crecimiento de la superficie en riego.
Un auge que se ha divido casi a partes iguales entre el grupo que conforman los que hasta ahora han sido los principales cultivos de regadío en la región, con 23.599 hectáreas más, y los que habían tenido hasta ahora una presencia mucho más reducida, como es el caso del almendro y, en menor medida, del pistacho o el granado. «Es destacable que conforme van pasando los años se diversifica el regadío extremeño», apunta Alfonso Montaño, investigador del Ctaex, que resalta que hasta hace no mucho tiempo el regadío regional se reducía básicamente al arroz, algunos frutales, el tomate y el maíz.
En términos absolutos, estos años han avanzado sobre todo el olivar y el viñedo, frente a otras opciones como el maíz o el arroz, que caen. En este sentido, además de la nueva superficie de riego o de aquella reconvertida de secano, los datos dejan entrever que ha habido también trasvases entre unos cultivos de regadío y otros. Unas variaciones que vienen condicionadas fundamentalmente por las oscilaciones en los precios, de manera que las bajadas sufridas en determinadas producciones «hacen que de un año para otro el agricultor decida cambiar de cultivo anual, por ejemplo, de tomate a maíz, y viceversa. De hecho las subidas y bajadas de ambos suelen coincidir», explica Montaño. En otras plantaciones, como las de arroz, en las «que se invierte mucho en preparar el bancal, los cambios suelen ser para no volver».
«Los mercados han ido reorientando la superficie de regadío hacia lo que son los cultivos que se entendía en cada momento que iban a ser más rentables», coincide José Cruz, secretario de Agricultura de UPA-UCE. Una hectárea de regadío, remarca, ya incluso antes de comenzar a hacer labores en ella conlleva unos cos