«E
s triste comprobar que solo la desgracia hace a los hombres hermanos». Con la cita de Benito Pérez Galdós abrió ayer Pedro Sánchez su discurso en el debate anual de la Asamblea General de Naciones Unidas, una intervención que, enmarcada en la pandemia, convirtió en una apelación a reforzar el multilateralismo y en recordatorio de la «obligación práctica y moral de actuar unidos».
El mismo día en que tensiones entre el Gobierno central y los autonómicos volvían a estar a flor de piel en España, Sánchez podía usar el discurso por vídeo ante la Asamblea virtual a abrir el foco hacia una visión global. Y en el 75º aniversario de Naciones Unidas, que ha dejado en evidencia sus grandes retos y problemas, llamó a una reforma y actualización del sistema que representa. «Sabemos bien a qué conduce el repliegue nacionalista y el proteccionismo: a la desigualdad, el aumento de las tensiones y, en última instancia, al enfrentamiento», aseguró.
Sánchez marcó la emergencia climática, los retos de la digitalización, desigualdades y pobreza y las amenazas a la igualdad de género