`The Lancet' critica la desescalada española por ser precipitada
El estudio señala b que el sistema de salud ha fallado por la austeridad mantenida La revista censura b también al Reino Unido y alaba a los países asiáticos
Una revisión de las políticas de desconfinamiento, publicada en la revista The Lancet, apunta a España y el Reino Unido por no haber logrado «un sistema eficaz de búsqueda, prueba, rastreo, aislamiento y apoyo antes de suavizar las restricciones del confinamiento». El estudio, además, evidencia que tanto los sistemas de salud pública de España como del Reino Unido han fallado durante esta pandemia «por las consecuencias de un decenio de austeridad».
El informe analiza las estrategias de nueve países y regiones para atenuar las restricciones del covid-19 ante una primera oleada de infecciones: cinco en la región de Asia y el Pacífico (Corea del Sur, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda y Singapur) y cuatro en Europa (Alemania, Noruega, España y el Reino Unido).
Desde abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) venía advirtiendo de que un levantamiento prematuro del confinamiento podía provocar un resurgimiento de las infecciones y causar un daño peor a la economía que el de los cierres.
Los autores del trabajo identifican las «lecciones aprendidas» de las experiencias de esos países y las repercusiones de las estrategias de desescalada. Consideran «esencial» un plan «claro» con un proceso «transparente» de adopción de decisiones, estableciendo explícitamente los niveles o fases de la flexibilización de las restricciones, los criterios para pasar a la siguiente fase y las medidas de contención que conlleva cada etapa. El estudio critica que «España ha publicado un panel de indicadores, que incluye parámetros epidemiológicos, de movilidad, sociales y económicos, aunque sin
Valencia una ponderación explícita en el proceso de toma de decisiones».
Los expertos señalan que para reabrir en condiciones de seguridad un país tras una pandemia se necesitan durante algún tiempo medidas de control para reducir la transmisión, incluidas mascarillas y distanciamiento social. «Para que las medidas de control funcionen, los gobiernos deben educar», resaltan. Y destacan la importancia de crear «confianza» y seleccionar «medidas apropiadas que el público esté dispuesto a cumplir».
La experiencia de muchos países asiáticos con epidemias anteriores, como el SARS y el MERS, significó que tenían una sólida infraestructura sanitaria y de salud pública y estaban mejor preparados. «Históricamente ha habido un alto nivel de aceptación pública de normas estrictas en tiempos de crisis, y la mayoría aceptó un compromiso entre sus derechos personales y la salud pública».
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