La guerra por el control del Alto Karabaj se intensifica
Los combates entre Armenia y Azerbaiyán dejan 59 muertos
El enfrentamiento armado que ha estallado entre Armenia y Azerbaiyán por el territorio en disputa del Alto Karabaj aumenta de intensidad y ya se ha cobrado la vida de más de medio centenar de personas. Armenia y la administración del Alto Karabaj, estado independiente de facto dentro del territorio de Azerbaiyán pero bajo control armenio, confirmaron el domingo la muerte de 59 de sus combatientes. Al menos 200 más resultaron heridos.
El Ministerio de Defensa azerbaiyano no había anunciado aún ayer bajas en sus cuarteles, pero el ministerio rival armenio publicó vídeos de varios soldados azerbaiyanos muertos.
Entre las víctimas mortales hay también civiles. En el Alto Karabaj, según su Gobierno, una mujer y un bebé murieron el domingo por un bombardeo sobre la capital de la región, Stepanakert. Ayer de madrugada cinco civiles azerbaiyanos fallecieron por otros bombardeos, esta vez sobre la localidad de Terter, según las autoridades de Azerbaiyán, cuyo Ejército tiene bajo su control siete pueblos que antes pertenecían a la Administración del Alto Karabaj.
Estas localidades estaban vacías y constituían parte de la zona que, en la guerra de los 90, los armenios conquistaron para alejar a los azerbaiyanos de las montañas del Karabaj, el objeto de disputa entre ambos países.
La guerra en esta región se declaró en 1991, cuando ambos países lograron la independencia tras la disolución de la URSS. El Alto Karabaj quedó dentro de las fronteras de Azerbaiyán.
Los armenios que poblaban las montañas –la mayoría de la población, frente a una minoría abundante de azerbaiyanos– no lo aceptó, y tras pogromos, violencia y deportaciones, por ambos bandos, se declaró la guerra.
Armenia la ganó: se expulsó a todos los azerbaiyanos del Karabaj y de los territorios que la rodean y se declaró la región como un estado independiente, aunque no reconocido por nadie.
Hde Vladímir Putin el que aclare el caso. El Kremlin, por su parte, niega cualquier tipo de responsabilidad de la situación de Navalni, cuyo envenenamiento con un agente nervioso del grupo Novichok fue confirmado por un laboratorio del Ejército alemán.
Berlín ya no esconde su posición al respecto. En una charla con periodistas extranjeros, el vicecanciller y ministro federal de finanzas alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, calificó ayer el caso Navalni de «brutal atentado» y pidió una reacción conjunta de la Unión Europea. Actualmente, en Alemania se discute la posibilidad de aprobar sanciones contra Rusia; entre otras medidas, se baraja incluso la posibilidad de cancelar el proyecto Nord Stream 2, un gasoducto que debería transportar gas ruso hasta Europa.
El jefe de campaña de Mavañmo, Leonid Volkov, explicó ayer en la cadena RTL/NTV que la recuperación de Navalni avanza más rápido de lo esperado y que cuenta con protección 24 horas al día para evitar un posible nuevo atentado en suelo alemán.
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