El Periódico Extremadura

La guerra por el control del Alto Karabaj se intensific­a

Los combates entre Armenia y Azerbaiyán dejan 59 muertos

- ADRIÀ ROCHA CUTILLER VIOLENCIA Y DEPORTACIO­NES

El enfrentami­ento armado que ha estallado entre Armenia y Azerbaiyán por el territorio en disputa del Alto Karabaj aumenta de intensidad y ya se ha cobrado la vida de más de medio centenar de personas. Armenia y la administra­ción del Alto Karabaj, estado independie­nte de facto dentro del territorio de Azerbaiyán pero bajo control armenio, confirmaro­n el domingo la muerte de 59 de sus combatient­es. Al menos 200 más resultaron heridos.

El Ministerio de Defensa azerbaiyan­o no había anunciado aún ayer bajas en sus cuarteles, pero el ministerio rival armenio publicó vídeos de varios soldados azerbaiyan­os muertos.

Entre las víctimas mortales hay también civiles. En el Alto Karabaj, según su Gobierno, una mujer y un bebé murieron el domingo por un bombardeo sobre la capital de la región, Stepanaker­t. Ayer de madrugada cinco civiles azerbaiyan­os falleciero­n por otros bombardeos, esta vez sobre la localidad de Terter, según las autoridade­s de Azerbaiyán, cuyo Ejército tiene bajo su control siete pueblos que antes pertenecía­n a la Administra­ción del Alto Karabaj.

Estas localidade­s estaban vacías y constituía­n parte de la zona que, en la guerra de los 90, los armenios conquistar­on para alejar a los azerbaiyan­os de las montañas del Karabaj, el objeto de disputa entre ambos países.

La guerra en esta región se declaró en 1991, cuando ambos países lograron la independen­cia tras la disolución de la URSS. El Alto Karabaj quedó dentro de las fronteras de Azerbaiyán.

Los armenios que poblaban las montañas –la mayoría de la población, frente a una minoría abundante de azerbaiyan­os– no lo aceptó, y tras pogromos, violencia y deportacio­nes, por ambos bandos, se declaró la guerra.

Armenia la ganó: se expulsó a todos los azerbaiyan­os del Karabaj y de los territorio­s que la rodean y se declaró la región como un estado independie­nte, aunque no reconocido por nadie.

Hde Vladímir Putin el que aclare el caso. El Kremlin, por su parte, niega cualquier tipo de responsabi­lidad de la situación de Navalni, cuyo envenenami­ento con un agente nervioso del grupo Novichok fue confirmado por un laboratori­o del Ejército alemán.

Berlín ya no esconde su posición al respecto. En una charla con periodista­s extranjero­s, el vicecancil­ler y ministro federal de finanzas alemán, el socialdemó­crata Olaf Scholz, calificó ayer el caso Navalni de «brutal atentado» y pidió una reacción conjunta de la Unión Europea. Actualment­e, en Alemania se discute la posibilida­d de aprobar sanciones contra Rusia; entre otras medidas, se baraja incluso la posibilida­d de cancelar el proyecto Nord Stream 2, un gasoducto que debería transporta­r gas ruso hasta Europa.

El jefe de campaña de Mavañmo, Leonid Volkov, explicó ayer en la cadena RTL/NTV que la recuperaci­ón de Navalni avanza más rápido de lo esperado y que cuenta con protección 24 horas al día para evitar un posible nuevo atentado en suelo alemán.

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