La suspensión de viajes del Imserso supone perder unas 20.000 comidas
En algunos locales b el mantenimiento de la plantilla está ligado a este programa Antes del Estado b de Alarma ya se perdieron alrededor de otras 3.500
No sólo los grandes núcleos turísticos y los magníficos enclaves naturales, culturales o costeros se van a ver perjudicados por la suspensión de los viajes del Imserso para esta temporada. Otras localidades que no son destino final de este programa, pero que durante décadas han sido punto de parada para miles de pensionistas, también forman parte de las empresas perjudicadas por esta decisión. Ejemplo de este duro revés para el sector servicios y fundamentalmente para el subsector de la hostelería es Monesterio. Según estimaciones de algunas de las empresas que habitualmente participan en este programa de envejecimiento activo y saludable, esta temporada, la hostelería local dejará de servir un numero aproximado de alrededor de 20.000 comidas o cenas.
Y es que Monesterio, por su situación geográfica, ha sido desde siempre lugar de referencia para hacer un alto en el camino para comer. A media distancia entre las zonas costeras y el centro del país, los establecimientos hosteleros de esta localidad han sido receptores de este tipo de turistas desde que se implantara el programa. En algunos casos, como el Restaurante Mallorca, durante los últimos treinta y seis años. «Hemos tenido temporadas de hasta 10.000 comidas», explica José Calderón, copropietario del restaurante, que por vez primera desde que abriera sus puertas, deja de participar en este programa. Estos menús «tienen un precio muy ajustado», con lo que «sin ganar mucho dinero, siempre han dado cierta alegría al negocio, y un beneficio principal, que ha sido poder mantener el empleo de mis trabajadores durante todo el año». Esta temporada no será así, y la empresa ya se plantea reducir plantilla. «Mucho nos temíamos que este año la cosa sería así», se lamenta Calderón. La temporada pasada «se nos quedaron colgadas más de 3.500 comidas», revela el empresario, pues el inicio del estado de alarma sanitaria provocó que dejaran de realizarse estos viajes vacacionales.
Al día de hoy, fechas próximas a lo que hubiera sido un nuevo inicio de campaña (de octubre a junio), los empresarios vuelven a plantearse reducir su número de trabajadores, o en el mejor de los casos, retornar a algunos de sus empleados a la situación de ERTE.
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