Molokay, un bar que se blinda contra el covid en Plasenzuela
El negocio lleva abierto desde 1976 y ha pasado de una generación a otra. Un empleado, Ángel Gallego Ceballos, explica las medidas que aplican
Ángel Gallego Ceballos atiende amablemente tras la barra. Acaba de dar 100 euros de un décimo (el 33.251) que unos clientes de Cáceres han venido a sellar y que compraron por Navidad en la capital cacereña. «Pasábamos por Plasenzuela y hemos parado a tomar un café», aclaran. Lo han hecho en el Molokay, un negocio abierto desde 1976 y que ha pasado de una generación a otra.
«La crisis sanitaria nos ha obligado a adptarnos a las circunstancias, ahora disponemos de bastante más trabajo para el poco beneficio que se está sacando. Una misma persona tiene que estar haciendo la labor de dos empleados, es decir, no dejar de antender tus obligaciones y la limpieza», explica con detalle Ángel a este diario.
Dentro del negocio colocan a los usuarios en distintas salas, una en la zona del bar y la otra en la parte de la discoteca, que han convertido en una estancia más. La cafetería posee un futbolín y billar pero por el covid-19 no se pueden utilizar. Lo que sí se usa es el proyector, donde ponen los partidos.
El Molokay se blindó al coronavirus desde el minuto uno con la instalación de mamparas en la barra. Al principio utilizaban alcohol de romero, actualmente usan un producto desinfectante que va diluido con agua para las superficies y todos los días llevan a cabo una limpieza a fondo con lejía. «Cada vez que una persona va al baño hay que limpiarlo a fondo, igual que con la máquina de tabaco. Y por la boche, después del cierre, dos horas de ozono». Lo que sea por salir adelante.
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