QUEJA SANIDAD

Señor consejero, después de tener a mi hija ocho días en casa sin que ningún médico de cabecera la viese, según protocolo nos argumentaban, y llamando al 112 estaban tan solo para casos muy graves y colapsados, es decir, que estaban solo para quienes iban a palmarla más tarde o temprano, de ahí que mi hija debió esperar a estar así para que ¿verla? ¡No! La médica cogiese con miedo el teléfono y después de decenas de llamadas la mandase al hospital. Ya sí estaba bien enferma, tenía covid-19, su correspondiente neumonía bilateral, vaya enferma como el SES-dios manda.

Ahora lleva desde el lunes ingresada, en una planta covid-19. Le vieron el bebé el primer día con una ecografía y a regañadientes disparatando la médica que le pidió esta ecografía. Según la señora que tenía que hacer la ecografía la médico que la mandó «tenía un día muy malo»- Esto lo tuvo que escuchar mi hija embarazada de seis meses y medio. Y otra cosa, señor consejero de sanidad y médico (me dicen), aún no la ha visto un ginecólogo. El trato a las embarazadas es tercermundista y de una violencia obstetricia que da asco. Están solas y perdidas y como mi hija apenas se ha enfrentado a enfermedades serias, nadie pregunta por su bebé. Usted en esto no piensa, o es que le da igual como están las embarazadas con covid-19. Ni un psicólogo, nada de nada. El primer día la metieron con una mujer dando ronquidos de muerte... Esto es de locos. Qué mal los veo, qué pena de votos y cuanta prepotencia de banquillo y qué pocas dimisiones. Cuánta basura dentro. Mi hija se llama Celia Rodríguez Hernández y mi nieta de seis para sie