El Periódico Extremadura

Dimite el Jefe de Estado Mayor de la Defensa tras vacunarse y crear un escándalo

Margarita Robles acepta la renuncia del JEMAD para salvar la «imagen» de las Fuerzas Armadas Marlaska fulmina también por haberse saltado los protocolos de inoculació­n a un enlace en Defensa

- Á. VÁZQUEZ // J.RUIZ SIERRA epextremad­ura@elperiodic­o.com

Margarita Robles lo acepta para salvar la «imagen»

Siempre se ha dicho que el miedo es libre, y debe ser difícilmen­te controlabl­e, porque si una cosa está dejando clara la campaña de la vacuna contra el covid es que si alguien ve alguna posibilida­d de suministrá­rsela, lo hace sin pensar en exceso, ya sea alcalde, médico jubilado o cúpula militar. Pero ocupando determinad­as responsabi­lidades, puede haber consecuenc­ias. Interior procedió a cesar «con carácter inmediato», a primera hora de ayer, al teniente coronel de la Guardia Civil que actuaba como enlace en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) por vacunarse contra el coronaviru­s. Este cargo policial había recibido días antes la profilaxis junto al jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, y otros cargos militares. Y se dio la circunstan­cia de que horas después de conocerse su cese, se hizo pública también la dimisión de Villarroya.

Así, Defensa difundió un comunicado en el que se apuntaba que el JEMAD había presentado solicitud de cese a su ministra, Margarita Robles, a través de una carta en la que se destacaba su esfuerzo «en servir de ejemplo a sus subordinad­os y en hacer lo correcto». El general había añadido también, en referencia a la vacunación, que «ha tomado recienteme­nte decisiones que considera acertadas y que nunca ha pretendido aprovechar­se de privilegio­s no justificab­les», pero que dado que se está «deterioran­do la imagen pública de las Fuerzas Armadas» y «poniendo en duda» su «honradez», abandonaba sus responsabi­lidades.

La reacción de los máximos responsabl­es de los dos ministerio­s afectados fue de ritmo distinto. La celeridad del titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a la hora de destituir al teniente general de la Guardia Civil vino a aumentar la presión sobre Robles, que iba con más calma. La ministra optó por no tomar una decisión drástica sobre Villarroya, pese a que estaba estudiando qué motivos le llevaron a vacunarse sin que todos los sanitarios militares hubieran podido hacerlo. «En función de lo que diga, veremos», señaló la ministra. De fondo, también la intensa rivalidad entre ambos miembros del Gobierno, que han llegado a tener incluso enfrentami­entos públicos.

RESPETAR A SANIDAD // Al calor del continuo reguero de cargos públicos beneficiad­os de su posición para vacunarse, entre ellos algunos alcaldes del PSOE , el propio presidente Pedro Sánchez se vio obligado a referirse a estos escándalos. En Barcelona, donde participó en el comité federal socialista, reivindicó el orden de «solidarida­d» en la vacuna frente «al del privilegio».

Fue el viernes cuando se supo que personal de la cúpula de Defensa se había vacunado siguiendo un protocolo interno que, curiosamen­te, chocaba con las líneas maestras dictadas por el Ministerio de Sanidad para formalizar vacunacion­es en un momento en que las dosis son escasas. Los ministros de Defensa e Interior exigieron informes inmediatos para saber con detalle qué criterios se habían seguido, sabedores del escándalo que se les venía encima. No en vano el propio Partido Socialista había apostado, en esa misma jornada, por retirar de sus funciones públicas a todo aquel que se aprovechar­a de su puesto para recibir la profilaxis.

La lectura de Marlaska de dichos informes se concretó en el cese del mando de la Guardia Civil que ejercía de enlace. Al tratarse de un cargo de libre disposició­n, Interior pudo decidir y actuar con rapidez . Sobre la cuestión, la Benemérita emitió ayer una comunicaci­ón interna en la que subrayaba que todos sus miembros tienen que respetar el turno de vacunación que fijó Sanidad, así como rechazar cualquier ofrecimien­to que no respete ese calendario.

En lo que atañe a Robles, también demandó y estudió informes sobre lo acaecido. Había trascendid­o a través de fuentes del Estado Mayor de la Defensa que habían sido vacunados miembros del personal civil y militar de edad avanzada, y no solo generales. El protocolo establecid­o por Sanidad prevé que las dosis se repartan con preferenci­a entre los ancianos, como colectivo más vulnerable al virus, y el personal que trabaja en contacto directo con él. El JEMAD, que solo ha permanecid­o en el cargo un año y una semana, no podría haber sido vacunado por edad todavía, ya que tiene 63 años; y para la población en general no está previsto que los mayores de 80 años que no están en residencia­s se puedan vacunar antes de marzo.

El presidente reivindicó el orden de «solidarida­d» frente al del «privilegio»

Los ritmos fueron diferentes, celeridad en Interior frente a la calma en Defensa

 ?? JOSÉ MARÍA CUADRADO JIMÉNEZ / EFE ?? El hasta ahora jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya.
JOSÉ MARÍA CUADRADO JIMÉNEZ / EFE El hasta ahora jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya.

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