¿Qué pedimos?: una alternativa ética al reparto a domicilio
Crean una app local para competir con las condiciones injustas de las grandes plataformas
Reinventarse o morir. Si hay algo que tengan claro los tres cacereños Daniel Gutiérrez, Ángel Macho y Alfonso Galán es esta consigna. Ingenieros los tres, ya se pusieron manos a la obra durante el confinamiento cuando la situación sanitaria obligó a mantener distancias en los bares y crearon una aplicación para pedir desde la mesa. Ahora, meses después, y con nuevas medidas que han obligado a cerrar los negocios de hostelería salvo para recogida y reparto vuelven a la carga y presentan
lo que ellos denominan una alternativa ética a las grandes plataformas actuales de comida a domicilio como Glovo o JustEat que aplican tasas abusivas a los pequeños negocios.
La interfaz es similar a la del resto de plataformas, permite hacer pedidos para llevar o para recoger y ya suma una veintena de negocios en Cáceres como Zeris, Plebes, Chiao Chiao, La Malinche o el Palacio Imperial. También opera en una decena de negocios en Plasencia y, según confirma a este diario uno de los promotores Daniel Gutiérrez, otras ciudades de fuera de Extremadura como Córdoba y Valencia se han interesado por la aplicación para imrrez, plantarla en sus negocios.
Relata Gutiérrez que el propósito es dar coberura a los pequeños negocios locales de hostelería que no pueden hacer frente a las cláusulas que les ofrecen las grandes cadenas, que tal y como denuncia, les cobran el 30% de los beneficios por pedidos. «Son precios abusivos», sostiene. La plataforma local se queda con 0,25 euros por pedido y sigue la estela de las cooperativas alternativas de ciudades como Madrid y Barcelona, que como en el caso de la capital cacereña a consecuencia del confinamiento han visto cómo se ha incrementado el reparto de comida a domicilio. El propósito, expone Gutiées ampliar el negocio a otros sectores que no estén relacionados con la hostelería para que «los negocios pequeños tengan alternativa y los clientes puedan comprar en el comercio local». De momento, seguirán en el empeño de responder a la pregunta: «¿Qué pedimos para cenar hoy?».
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