La patronal catalana pide mano dura por los disturbios
por el encarcelamiento del rapero Hasél y afirmó que quienes no defienden a los Mossos, la convivencia y el orden público «están inhabilitados para gobernar».
Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, defendió a través de Twitter a las Fuerzas y Cuerdefendió a los cuerpos de seguridad y pidió al presidente Sánchez que cese a los ministros «que justifican la kale borroka». Mientras que desde el PSOE, ahondaron en la mejora de e la protección de la libertad de expresión «pero sin el chantaje que supone la violencia». «No a la violencia y no a cualquier tipo de violencia», señaló el portavoz del grupo socialista en el Senado, Ander Gil.
Por su parte, el coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, dijo ayer que el encarcelamiento de Hasél «es un síntoma de una anomalía democrática grave». En su intervención telemática en la reunión de la Coordinadora Federal de Izquierda Unida, Garzón dijo que Hasél es una persona que «banaliza la violencia», por lo que «no se le debe convertir nunca en un ídolo», pero, apostilló, «en una democracia asentada que aspira a ser plena no puede prevalecer esa consideración sobre los gustos frente a la libertad de expresión», que, en sus palabras, «debe prevalecer sobre ese tipo de manifestaciones inoportunas, sin gusto o abominables desde un punto de vista moral».
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