Chasco de España ante Grecia en un decepcionante partido (1-1)
El extremeño Pedro Porro no debutó en el encuentro celebrado en Granada
Entre el movimiento de piezas de la última convocatoria antes de la Eurocopa del próximo verano, España se dejó ante Grecia los dos primeros puntos que tenía que ganar en la clasificación para el Mundial de 2022, en la que solo el primero de cada grupo tiene plaza directa para ir a Catar y la Suecia de Ibrahimovic ya lidera la tabla clasificatoria después de superar por 1-0 a Georgia.
El equipo de Luis Enrique se atascó entre la defensa por acumulación de Grecia y la apuesta por un juego de combinación que fue demasiado lento y previsible. El empate de Grecia llegó en un accidente, en un penalti, pero los méritos españoles fueron escasos, con pocas ocasiones.
Con el dominio territorial casi por decreto, el gran empeño de la selección no fue otro que encontrar profundidad entre las compactas líneas de una Grecia que, sin renunciar a jugar con el balón en los pies, se refugió en su territorio desde los albores del partido.
DUEÑOS DE BALÓN Durante los primeros minutos, España tuvo más éxito en la presión para recuperar el balón que en la creación de juego, con una movilidad de balón demasiado lenta para generar desequilibrio.
Entre las probaturas para el futuro, Luis Enrique colocó a Marcos Llorente como lateral derecho titular en la habitual defensa de cuatro de la selección, una posi
ción desde la que se le complica brillar al todoterreno del Atlético del Madrid, aunque su despliegue es innegociable. Eso impidió al extremeño Pedro Porro debutar, a pesar de que la mayor parte de los pronósticos indicaban que sí que dispondría de su primera oportunidad con la selección absoluta. Tendrá que esperar a alguno de los dos encuentros que esperan frente a Georgia y Kosovo.
La apuesta del seleccionador en un centro del campo con muchos candidatos fue por Koke y Canales, por delante de un Rodri inmenso en labores defensivas. Los dos pasaron casi media hora diluidos entre la maraña de pobladores de la medular y la parsimoniosa circulación de balón española, pero se antojaba una insistencia necesaria para encontrar el premio ante una Grecia que ya no está diseñada para defender por encima de todo.
Así llegó un disparo al larguero de Dani Olmo, casi inesperado, que pareció abrir las líneas griegas y, acto seguido llegó el primer gol. Fue gracias a un magistral pase de Koke, con espacios entre las líneas enemigas, para promover una definición de Álvaro Morata, con control orientado y remate, que no se quedó atrás en mérito y plasticidad.
ESTUPOR ESPAÑOL España siguió teniendo tanta posesión de balón como pocas ocasiones, también tras el descanso. La monotonía del partido la rompió un penalti de Íñigo Martínez, por inercia tras un despeje, con el que empató Grecia ante el estupor del banquillo español.
Más allá de la hora de partido y con un inesperado empate en el marcador, la entrada de los debutantes Pedri y Bryan Gil renovaron la ilusión de la selección. Espoleado por las necesidades, el equipo dirigido por Luis Enrique encerró al rival en torno a su área, pero no desapareció la espesura en el juego, sin profundidad, ni pases verticales. Solo algún remate aislado de Morata contabilizó en las ocasiones españolas.
La entrada de Thiago aportó diligencia en el pase y potenció el desborde de un eléctrico Bryan Gil, el protagonista del tramo final, pero llegó el último cuarto de hora con un resultado sin duda problemático para el futuro de la selección en la clasificación para el Mundial.
No generó la selección una gran ofensiva final, como en todo el partido, no hubo asedio, ni ocasiones consecutivas. Tampoco hubo más goles. El mensaje que se deja es negativo.
Morata adelantó a los españoles en el primer tiempo, pero los griegos empataron gracias a un penalti
Marcos Llorente ocupó el lateral derecho que parecía asignado antes del partido al extremeño