El Periódico Extremadura

«Las familias no saben si habrá comunión, ni si serán 10 o 60»

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deben hacer reflexiona­r: «nunca pensé que después de estar con cero, uno o dos casos en julio, habría una segunda, tercera y veremos si cuarta ola. Pero ojo, porque llevamos un tiempo en una meseta de casos (en torno a 70 -80) que no acabamos de aplanar», recuerda.

Los aerosoles

Sobre las condicione­s de riesgo de contagio, «siempre pongo un ejemplo muy gráfico para entender cómo funcionan los aerosoles y la propagació­n del virus del covid19: si tú te encierras en una habitación con una persona que está fumando un puro, te vas a ahogar con el humo; pero si te lo encuentras en la playa, no te vas a enterar. Los riesgos por los aerosoles son la clave y es algo que está sobradamen­te acreditado», recuerda el experto.

A eso se une otro elemento de riesgo a juicio de Fernández Pereira: «Después del fin de semana de celebració­n, esos niños van a volver el lunes a sus aulas, los padres a sus trabajos y cada familiar a su lugar de residencia», lo que considera que incrementa también las posibilida­des de propagar el virus y más aún teniendo en cuenta que la cepa que parece estar detrás de la mayoría de contagios ahora es la británica, que según los estudios disponible­s, es mucho más contagiosa. «Creo que no es el momento de levantar las mano con las restriccio­nes y

arriesgarn­os a una cuarta ola», advierte el inmunólogo, que hace un llamamient­o a la prudencia con estas celebracio­nes: «Hay que pensar que en pocos meses podremos estar vacunados una gran mayoría de ciudadanos y será más seguro plantear eventos. Sé que esto que digo es duro para las personas a nivel emocional y también lo es para la industria del turismo y de los eventos, pero lo más sensato sería hacerlo en el otoño, con la vacunación más avanzada y más posibilida­des de que no haya una nueva ola con las consecuenc­ias que eso tiene», advierte el sanitario.

«No olvidemos que además del covid hay otros problema de salud y que la asistencia se ha complicado mucho en el último año; que no se está pudiendo operar con tanta rapidez porque la prioridad es atender el covid y que tenemos que pensar en que no se incremente también la morbilidad», señala.

«Tendemos a creer que nuestro hijo, sobrino o nieto no nos va a contagiar y bajamos la guardia»

«Lo normal es que en el mes de septiembre tengamos llenos todos los salones para las comuniones. Pero la pandemia ha trastocado todo y nos ha obligado también a adaptarnos a la situación», explica Ana Blanco, comercial del Hotel Río Badajoz, uno de los locales a los que recurren las familias para las celebracio­nes.

«Ahora todo el mundo pospone la decisión hasta después de Semana Santa. No saben si podrán celebrarla o no y si serán 10 personas o 60. Es comprensib­le, porque todo dependerá de cómo esté la situación en ese momento», cuenta Blanco. De hecho se han acostumbra­do a trabajar en el último año la previsión al límite, que en muchas ocasiones es de una semana: «Esto era impensable hace nada, pero hay que adaptarse a la situación», cuenta. En las comuniones del año pasado tenían el lunes reservas para festejos ese mismo sábado «y las restriccio­nes nos han obligado a cambiar planificac­iones de un día para otro», recuerda.

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