El Periódico Extremadura

S, ni flores...

- DEL VATICANO, DE JERUSALÉN... ¿Y LAS TORRIJAS?

ra Cruz, incluso las rejillas de los capuchones. Entre sus habilidade­s no faltan las túnicas y capelinas de la Virgen de la Montaña, que también borda. Guarda además sus puntadas más delicadas para la Virgen de la Esperanza: le ha confeccion­ado doce trajes y cinco mantos con rasos, terciopelo­s y damascos muchas veces donados por devotos.

Su nombre ya es una referencia en el mundo cofrade. «Un mes antes de Semana Santa no puedo aceptar más encargos y me da mucha pena», explica. Sin embargo, desde hace más de un año no hay peticiones, nada... «Sólo una túnica de niño que voy a regalar», comenta.

Sandra echa de menos ese fragor cofrade de febrero, marzo y abril. Y es que los templos han pasado una Cuaresma están extrañamen­te sosegados. A estas alturas de año, las hermandade­s ya están frenéticas ultimando las procesione­s, con preparativ­os, reuniones, cultos… Antonio Bazo tendría que estar ya con la cabeza en los mil detalles de las tres procesione­s de los Ramos que habría que organizar, ornamentar, sacar... Este vicemayord­omo segundo de los Ramos, que resuelve todo lo que haya que resolver, lleva dos años del todo inusuales. No se ha montado el paso de `la Burrina' (hoy era su procesión), ni el Cristo del Perdón, ni el Cristo de la Buena Muerte, tampoco la Esperanza, de la que es jefe de paso. «Todo es muy atípico», subraya. No se han comprado las 40 velas marfil de la Virgen ni los cinco velones tiniebla

Retales Manolo muestra la típica tela malva. del Cristo de la Buena Muerte. El Perdón no lucirá sus faroles.

Ni siquiera hay que prever el incienso de las procesione­s, tampoco los contratos con las bandas que acompañan a las estaciones de penitencia, que se quedan un año más sin ingresos. Si un buen paso no baja de los 1.500 € en cirios y flores (las Vírgenes aún mas), y las bandas cobran un mínimo de 800 €, solo hay que calcular las pérdidas en Cáceres, donde 16 cofradías ponen en la calle más de cincuenta pasos.

Antonio Bazo afirma que esta situación se refleja en todo lo relacionad­o con la Semana Santa. Él también ayuda a montar los nueve pasos del Nazareno, que seguirán otro año sin salir de Santiago, pero además es el único que realiza a mano los complicado­s cinturones de esparto de los hermanos de escolta del Nazareno, «y en el último año no ha habido encargos...», indica.

Quien conoce con datos las consecuenc­ias de la suspensión de las procesione­s, y también de la reducción de aforos en las iglesias, es Antonio González, titular de la Librería Renacer, especializ­ada en contenidos religiosos, que lleva 26 años en la esquina de plaza Marrón con Clavellina­s. Vende a casi todas las parroquias de Cáceres y su entorno incienso, carbón, libros, vino de misa, velas, manuales de catequesis, regalos con arte... «De cara a la Semana Santa subía la demanda de velas para las procesione­s, incienso, cirios pascuales y todo lo relacionad­o con la ornamentac­ión religiosa.

Estas ventas comenzaban a finales de enero y llevo dos años que se nota en la facturació­n. Es un descenso significat­ivo, pero no el único. Al haber menos celebracio­nes y aforo en las iglesias, el resto de artículos también se han quedado a la mitad, todo son pérdidas», reconoce Antonio Gutiérrez.

En Renacer es posible comprar distintos tipos de incienso. Antonio ofrece todos los detalles: «El que más gusta para las procesione­s es el de Tres Reyes porque tiene más olor, más luminosida­d. Pero hay muchas variantes. Está el del Vaticano, más oscuro, y el de olor a rosa típico de

Jerusalén», explica. «En cuanto a las velas, las hay de todo tipo en función de su uso. Las de interior son distintas de las que irán en los pasos, de mayor calidad y resistenci­a, con una mecha más fuerte».

Sin embargo, a Antonio se le cambia la voz cuando habla de la situación del comercio: «Está muy perjudicad­o por las restriccio­nes, pero en los pequeños locales no hay contagios. Ahora, una tienda por sí misma no se sostiene. Necesitamo­s una bajada de impuestos y una ayuda complement­aria», plantea.

Las floristerí­as también se ven afectadas por la ausencia de procesione­s y en general por el descenso en los cultos y en la afluencia a los templos, que se adornan especialme­nte para la Semana Santa. Jardinería Sara ornamenta iglesias y ermitas como San Blas, San Juan Macías, Beato Marcelo Spínola, San Mateo y la concatedra­l de Santa María. Y aunque en Cáceres capital muchas cofradías compran las flores directamen­te a mayoristas de la zona de Andalucía, también esta empresa de Mejostilla monta los cuatro mayores pasos de Trujillo y otros muchos en municipios como Monroy, Talaván, Santiago del Campo o Sierra de Fuentes, donde además se adornan las iglesias. Este año no se moverán los santos.

«Un paso amplio y bien decorado puede rondar los 1.000 euros en flores. Las imágenes de municipios más pequeños van de 300 a 400 euros», detalla Sara Gómez, copropieta­ria. «El clavel en tonos rojos y morados continúa como auténtico protagonis­ta de Semana Santa, pese a que es la única especie que duplica su precio en estas fechas. También se utiliza mucho la rosa, el iris y la espiga seca», indica. Pero Sara opina que ya no es necesario gastar excesivo dinero en composicio­nes como los mantos de claveles. «Ahora se puede jugar con otras especies, con distintos tipos de verdes, e incluso se agradece que los pasos vayan más naturales y frescos», apunta la especialis­ta. Sin embargo, este año no habrá nada.

Cuando decae el espíritu cofrade en las calles también lo hace el sector más sabroso: las pastelería­s. «Lo notamos mucho. Si no hay festejos no se crea el ambiente ni tampoco la necesidad. En febrero comenzamos cada año a vender torrijas. Esta vez, en marzo, ni siquiera han preguntado por ellas», cuenta Carlos Luna, titular de `El Horno', en Antonio Hurtado.

Esa actividad previa a cada fiesta es la que hace que normalment­e desde octubre se vendan los huesos de Santo y durante la Cuaresma las torrijas. «Con la pandemia, lo que ocurre es que la gente no tiene esas sensacione­s y viene de golpe en los días clave, por ejemplo a partir de Jueves Santo, cuando nos quedaremos sin ellas. La previsión para nosotros se complica bastante», explica Carlos rodeado de mil delicias elaboradas todas ellas de forma artesanal. «Nos ocurrió en Reyes: tres días antes había cuatro roscones de encargo y el día anterior nos pidieron 90. Nos pasamos la madrugada haciéndolo­s y hasta nos quedamos sin muñecos», desvela.

También las torrijas tienen sabor a gloria y ni la pandemia podrá con ellas. «Utilizamos esencia, vainilla Bourbon de Madagascar, corteza de naranja y limón, leche y pan brioche», descubre Carlos. Sin duda, una buena forma de ir pasando el trago mientras se espera la Semana Santa de 2022, aunque la confianza tampoco es plena.

ha caído a la mitad en la librería religiosa Renacer

los pasos con sus flores, y en `El Horno' se piden menos torrijas

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Germán, en Maeva, tienda cofrade por excelencia.

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